La presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, ha señalado en una entrevista en Antena 3 que su objetivo es que la inflación baje al 2%, por lo que apuesta por la subida de los tipos de interés.
"Tenemos toda la razón para una subida para marzo. La inflación es demasiado alta y hay que reducirla. Es necesario porque la misión del BCE es mantener la estabilidad de los precios y los tipos de interés a corto plazo es la herramienta más eficiente", ha apuntado.
Aunque ha admitido que no puede asegurar a ciencia cierta que esto se produzca, ha remarcado que "es muy probable que así sea": "Lo determinarán los datos y lo decidiremos cuando tengamos estos datos. Lo que es seguro es que haremos lo que sea necesario para que la inflación baje al 2%. Esa es nuestra misión y es lo que los europeos esperan de nosotros".
"Es evidente que si aumentamos los tipos de interés esto hará que los costes financieros para los bancos sean más altos. Esto hará que cobren más intereses a los que pidan préstamos y tendrá un efecto amortiguador de la demanda, pero esta es la herramienta que nosotros tenemos y es la que va a demostrar que puede hacer que los precios y la inflación bajen. También será muy útil que los cuellos de botella en los suministros se retiren para que pueda haber un buen ajuste", ha explicado.
En esta línea ha advertido de que "los tipos de interés no volverán a donde estaban hace dos, tres o cuatro años" porque "el Euríbor era negativo en ese momento": "Evidentemente como resultado de la situación, que ha cambiado, tenemos que utilizar estos tipos para hacer que la inflación vuelva a bajar a ese 2%".
Así, Lagarde ha revelado que la proyección del BCE es que "ese 2% volverá en 2025": "Es una tasa de inflación bastante decente y tengo la determinación de que lo conseguiremos, en el momento en el que tengamos la seguridad de que podemos mantenernos ahí, los tipos de interés volverán a bajar".
"Como un cohete"
España es el país que más crece de toda la UE pese a su gran problema con la vivienda
No mejora La vivienda sigue siendo el gran suspenso de España, donde hay una generación totalmente bloqueada que no puede permitirse alquilar, ni comprar una casa. "Tengo 30 años, un trabajo fijo y no puedo comprarme una casa", se lamenta un malagueño que sigue viviendo con sus padres.