El conflicto en Medio Oriente sigue generando un gran temor con la incorporación de Irán a los ataques y a la posible respuesta inminente de Israel que tiene como objetivo las instalaciones petrolíferas del país persa. Algo que ha provocado que suba el precio del petróleo. Su transporte también se va a encarecer porque tiene que pasar por zonas que ahora mismo tienen conflictos.

De hecho, unas de las rutas más importantes para el comercio mundial del crudo es el conocido como Estrecho de Ormuz, un paso marítimo que conecta el Golfo Pérsico con el Golfo de Omán y el mar Arábigo. Y es que esta inestabilidad en Oriente Medio tiene consecuencias en nuestro bolsillo.

La tensión surge entre Israel, Gaza y Líbano, pero también implica a Irán, potencia regional, y cuyas costas junto con las de Emiratos Árabes Unidos y Omán son las que conforman el Estrecho de Ormuz.

Sobre esta ruta comercial pasa el 30% del comercio marítimo mundial y también gran parte de los hidrocarburos del Golfo Pérsico, una región que contiene dos tercios de las reservas de petróleo y un tercio de las de gas a nivel mundial.

Si se bloquease esa vía marítima, ya hay estimaciones que dicen que el precio del barril de Brent -referencia de crudo en Europa- podría doblarse y alcanzar hasta los 150 dólares el barril.

No muy lejos del Estrecho de Ormuz, está el de Bab al Mandeb. Por allí pasa el 12% del comercio marítimo mundial, el paso previo al canal de Suez y en cuyas aguas se han vivido ataques hutíes en los últimos meses, con abordajes de barcos cargueros.

Pero ¿cómo nos afecta a nosotros? En Europa, precisamente, ahora que estábamos logrando poner freno a la inflación, se estima que cada subida del 10% del precio de los hidrocarburos de forma sostenida, sube cinco décimas el IPC (índice de precios de consumo).