Estamos a las puertas de un verano en el que más que querer, necesitamos movernos. Y sin embargo, hacerlo en nuestro propio vehículo nos va a costar mucho más que otros años. La gasolina no había estado tan cara desde octubre de 2014. Es algo que seguro ya habías notado. Y que, al menos a mí, no me hace ninguna gracia.
Para intentar que tu bolsillo se resienta un poco menos, a continuación, te recuerdo algunas cosas que pueden incrementar tu consumo. Cambiarlas te hará reducir un poquito el gasto, aunque sin duda lo que más notarías es una bajada de precios. Como ese es otro tema, y a la espera de que llegue la ansiada bajada, toma nota de estas ideas.
- Vigila la presión: tanto por exceso como por defecto, aumenta tu consumo. Si tus ruedas están hinchadas de más, no solo se reducirá el agarre del coche, también disminuirá la resistencia a la rodadura, haciendo que gastes más. Por el contrario, si la presión es poca, aumenta la resistencia y también (y notablemente) el consumo. Desde RACE recuerdan que, además, cuando viajas, has de adaptar la presión a la carga que vas a llevar. No es lo mismo ir tú sola a currar que viajar con la suegra, las maletas, el marido, los niños, el perro, la sombrilla, el paipo… Dicho esto…
- Atención al exceso de carga. Los michelines extra no podemos dejarlos en tierra (ya quisiéramos). Tampoco a la suegra. Pero, ¿de verdad necesitas llevarte 17 vaqueros para tres días? Y, si en el hotel hay secador, ¿dónde vas con el tuyo? La carga, además de robarte tiempo a la hora de hacer la maleta, te “roba” gasolina. ¡Aligera!
- Ojo a las marchas. Usa la primera solo para iniciar la marcha. A partir de ahí, es preferible acelerar e ir cambiando con decisión que mantener periodos muy largos de aceleración prolongada. Recuerda que siempre es mejor para ahorrar ir en una marcha larga a bajas revoluciones.
- Pero cuidado con la "ultra aceleración". Pisarle a fondo también incrementa notablemente el consumo. Lo suyo es pisar el pedal usando, más o menos, el 30% de su recorrido.
- Mantén una velocidad constante. Si conduces con anticipación y en carretera mantienes una velocidad uniforme, además de estar haciendo caso a los consejos de tu profe de autoescuela, evitarás consumir en exceso como consecuencia de los acelerones y frenazos.
- Y no superes los límites. Ir a más de 120 en autopista no sólo es ilegal. Además es caro por dos motivos: primero porque cuanto más rápido vas, más consumes y segundo porque como sabes, las multas no son baratas.
- Usar el freno motor y aprovecha la inercia en las bajadas también reduce el consumo.
- Si paras, para. Puede ser que estés esperando a alguien y mantengas el motor (y el aire acondicionado) encendidos. Estas tirando gasolina … ¡y el litro está más caro que el de cerveza! Para el motor, sal, descansa, estira las piernas y cuando llegues a tu destino y aparques del todo, disfruta de esa caña.
- No descuides el mantenimiento de tu vehículo. Más que nada porque eso hace que tu coche pueda averiarse, pero también porque puede aumentar el consumo. Vigila también los filtros y cámbialos cuando toque.
- Y el aire acondicionado, ¿qué? Pues, depende. A altas velocidades, bajar las ventanillas es más molesto y consume más, pero en ciudad lo suyo es que bajes las ventanillas para ahorrar un poco (si puedes, porque en un atasco a 40º ya te digo yo que no). De todos modos, si optas por el aire acondicionado, ten paciencia y no lo pongas a tope, que gasta más.
- Hablando de ciudad… los trayectos urbanos son los que antes acaban con tu depósito, más si hay atascos.
Recuerda además que, como consumidor, muchas gasolineras ofrecen programas de fidelización con los que puedes disfrutar de un descuentillo. Al precio al que está la cosa, no dudes en aprovecharlos.
Una misión casi imposible
Alquilar un piso, una misión casi imposible: "Dijimos que éramos pareja y ni aún así nos llamaron"
Encontrar piso de alquiler es ahora mismo una auténtica aventura, desde conseguir una cita, hasta las decenas de pruebas y papeleos que te exigen para quedarte con la casa. Tener dinero no es el único requisito; los que tienen niños o perros, por ejemplo, lo tienen casi imposible.