Una de las grandes formas de ahorro que plantean los expertos es hacer aportaciones a planes de pensiones, con un máximo anual de 8.000 euros, así como al sistema de previsión social del cónyuge, con un máximo de 2.500 euros.
De esta manera, por ejemplo, un contribuyente con una renta de 25.000 euros que realice una aportación de 3.000 euros reducirá en 900 euros el importe a pagar de IRPF, según cálculos de los Técnicos del Ministerio de Hacienda (Gestha).
A la hora de rescatar el plan de pensiones, quienes lo hagan en forma de capital podrán disfrutar de una reducción del 40% en las prestaciones correspondientes a las primas satisfechas antes de 2007.
Entre las grandes deducciones también figura, como en años anteriores, la de compra de vivienda habitual, por la que quienes adquirieron el inmueble antes de 2013 pueden deducirse hasta el 15% de las cantidades invertidas en su hipoteca, con un límite de 9.040 euros.
Además, quienes hayan vendido su casa este año pueden evitar tributar por esas ganancias si reinvierten total o parcialmente ese importe en otra vivienda habitual.
Los mayores de 65 años no tendrán que tributar por la ganancia derivada de la venta de su vivienda habitual y si se desprenden de cualquier otro bien, incluida una vivienda no habitual, podrán evitar tributar esa ganancia hasta un máximo de 240.000 euros siempre que los fondos obtenidos se dediquen a una renta vitalicia.
Las donaciones a ONG y fundaciones solidarias también pueden deducirse, en un 75 % de los 150 primeros euros y un 30 % el resto, así como los pagos efectuados a sindicatos y partidos políticos.
Entre las novedades de este año figura la mejora de la deducción por inversión en empresas de nueva o reciente creación, que desde 2018 asciende al 30% con una base máxima de 60.000 euros anuales.
Los autónomos podrán deducirse una parte de los gastos de suministros (agua, electricidad, gas, telefonía o internet) que será el porcentaje que resulte de aplicar el 30% a la parte proporcional de la vivienda atribuible a la actividad económica.
Junto a esto, recuerda que no se tributan las prestaciones de maternidad y paternidad, la indemnización por despido, los trabajos realizados en el extranjero (hasta 60.100 euros siempre que se haya tributado en el país), las becas (hasta 6.000 euros) ni retribuciones en especie como los cheques transporte o restaurante.
En cualquier caso, Gestha reconoce que son los grandes contribuyentes quienes mejor pueden aprovechar las medidas para ahorrar en su declaración.