Decenas de personas han interrumpido la junta de Liberbank para denunciar que han sido estafados. Han tenido que pasar hasta cinco controles de seguridad para poder intervenir. "Lo único que quiero decirles es que ustedes me dan mucho asco", afirmaba una de las afectadas.

Se han quedado sin nada, y se han querido mostrar desnudos delante de los directivos. No les han dejado acceder a la sala que presidía el consejo de administración de Liberbank. Solo han entrado en su turno de palabra y uno a uno, casi del brazo del vigilante de seguridad. "Me parece bochornosa la maniobra de aislamiento para evitar que hagamos ruido", señalaba una afectada en su turno de palabra. "No tenéis ni los cojones ni el corazón de la gente que ha pasado por aquí", expresaba otro joven.

El presidente de la entidad, cabizbajo, evitaba mirarles directamente a la cara. No parecía estar en la misma junta de accionistas que el resto. Su discurso no se ha desviado del previsto ni un milímetro.