El sector inmobiliario es el preferido por las grandes fortunas para invertir en España. Los 'ultra ricos', los que tienen más de 30 millones de dólares, dedican la mayor parte de su cartera a invertir en inmobiliaria.
Estos inversores eligen comprar vivienda por encima de oficinas, sector industrial u hoteles. "Destinan el 50% de su cartera a invertir en inmobiliario, y de ese 50% la mitad en primera o segunda residencia para uso propio o para inversión", explica Carlos Zamora, director de Business de Space Knight Frank.
Según el informe anual de la riqueza de la consultora Knight Frank. España se ha colado por primera vez entre los diez países favoritos de estas grandes fortunas para invertir, concretamente en el sexto puesto por delante de Suiza, Australia o China. "España es el país estable de la Unión Europea con mayor previsión de crecimiento tanto en rentas como en precios", recuerda Carlos Zamora.
Las razones de esta elección serían el bajo precio de los inmuebles y la alta rentabilidad de alquileres. "El inversor internacional y el inversor nacional no querían saber nada del ladrillo, y a partir de 2013 de repente los inversores internacionales descubrieron el mercado inmobiliario", señala Fernando Encinar, jefe de estudios de Idealista.
El perfil del inversor no es el mismo que el de hace una década: "A diferencia del inversor especulador de la burbuja que era muy nervioso entraba para comprar y en 18 meses vender y sacar plusvalías es un inversor que está para largo plazo", asegura Fernando Encinar. En 2016, la inversión inmobiliaria de estos grandes patrimonios en España se incrementó en tres puntos porcentuales respecto a 2015 y se espera que continúe con esta tendencia alcista.
Una misión casi imposible
Alquilar un piso, una misión casi imposible: "Dijimos que éramos pareja y ni aún así nos llamaron"
Encontrar piso de alquiler es ahora mismo una auténtica aventura, desde conseguir una cita, hasta las decenas de pruebas y papeleos que te exigen para quedarte con la casa. Tener dinero no es el único requisito; los que tienen niños o perros, por ejemplo, lo tienen casi imposible.