Versión de la salud del Banco Popular en boca de su penúltimo presidente Ángel Ron: "No solamente era solvente, las cuentas estaban bien, cuando yo abandoné el banco tenía liquidez".
Unas palabras que han motivado que el último presidente, Emilio Saracho, diera su versión: "El banco engañaba. El banco es exactamente lo que todos ya sabemos, una caca, no era sólido, era gaseoso".
Para Ron el fin del banco empieza cuando se le sustituye por Saracho, un "cambio atropellado" dice, y Saracho se defiende con la pésima herencia recibida: "Me llega una pelota rebotada. Esta pelota no es la mía".
Un presidente acusa a otro de llegar solo para desplomar las acciones del Popular y así venderlo con más facilidad. "Lo que iba a hacer era asustar. Iba a amenazar con estrellar el avión en la puerta del Banco Central Europeo", apunta Ron, mientras que el otro presidente, asombrado, contrataca con mucha dureza: "Si alguien es el campeón del mundo de bajar las acciones del Popular es Ángel".
Saracho se ha emocionado al recordar la venta al Santander, que dejó a los accionistas sin sus ahorros, mientras Ron cobraba una millonaria pensión y Saracho una prima de cuatro millones por seis meses.