El euríbor ha vuelto a terreno positivo después de más de un lustro cotizando en negativo y esto afecta directamente a nuestro bolsillo ya que se trata del índice con el que se calculan los intereses de las hipotecas de tipo variable. Es por esto que la pregunta para muchos de los ciudadanos hipotecados es esta: ¿debería cambiarme al tipo fijo?
Según el comparador financiero HelpMyCash.com, todos los clientes con un interés ligado al euríbor pueden llevar a cabo esta operación, pero hay un colectivo al que le puede salir especialmente a cuenta: los que contrataron su préstamo entre los años 2011 y 2015. El euríbor a doce meses, el indicador que más se usa en España para calcular las hipotecas, ha cerrado abril en el 0,013 %, su primera tasa positiva mensual desde hace seis años, y lo que supondrá un encarecimiento de los préstamos hipotecarios en unos 400 euros anuales.
De acuerdo con sus datos, la mayoría de las hipotecadas contratadas entre 2011 y 2015 tienen un diferencial -el porcentaje fijo que se suma al valor del euríbor para calcular el interés de los contratos variables- de entre el 1,5% y el 2%. Estos porcentajes son bastante más elevados en este periodo que en el resto: antes del 2011 era del euríbor más 0,5% y, después de 2016, de euríbor más 1%.
Los expertos atribuyen la fuerte subida del euríbor al hecho de que el mercado descuenta ya nuevas subidas de los tipos de interés por parte de los bancos centrales. Estos organismos han empezado a endurecer la política monetaria ante una inflación desbocada, que ha crecido aún más por la guerra en Ucrania.
Así, tras cerrar en valores positivos, muchas de las hipotecas contratadas entre 2011 y 2015 pasarán a tener un interés de más del 1,50%, el tipo fijo medio que ofrecen los bancos en la actualidad. Por tanto, de pasarse a un interés fijo podrán ahorrarse dinero.
Una hipoteca media de 150.000 euros, a 25 años y con un interés de euríbor más 1,50%, si se le actualiza anualmente el interés con el euríbor de abril la cuota subirá de los 566,40 euros a los 600,68 euros. Si sigue subiendo, podría rozar los 700. Pero si se cambia a tipo fijo el pago será de 600 euros hasta su completa amortización.
Además, el sistema de amortización francés -que se emplea en España- juega a favor de los hipotecados ya que la mayor parte de los intereses se paga en la mayor parte de los intereses. Por tanto, cuanto menor sea el tipo que se aplica en la primera parte del plazo, menos se pagará a la larga.
Así puedes pasarte al tipo fijo
Hay tres maneras para hacerlo:
- Pactar el cambio con el banco que concedió el crédito.
- Traspasarlo a otra entidad que esté dispuesta a cambiar el interés variable en fijo.
- Contratar una nueva hipoteca fija.
Los dos primeros son los más baratos ya que solo es necesario pagar la tasación de la vivienda y una comisión máxima. Si se contrata uno nuevo, debe abonarse la tasación, los gastos por cancelar el antiguo crédito y una comisión.