María Luisa tiene una panadería en el madrileño barrio de Malasaña desde hace 40 años. Recientemente, tuvo una desagradable sorpresa. "Vino una inspectora y me preguntó si tenía el registro. Yo no tenía ni idea", ha afirmado la propietaria del obrador.

Fue la propia inspectora quien le informó sobre la obligación de llevar ese registro, que ya ha puesto en marcha. Roberto tiene un bar muy cerca de la panadería de María Luisa. A él le parece bien que los inspectores estén vigilando que la ley se cumple: "Yo he trabajado en Londres y allí había que fichar en todos los sitios".

Ir a fumar, llamar por teléfono o tomar café no contará como parte de tu jornada laboral

Imagen del interior de una oficina

El registro en papel es el sistema más extendido en los pequeños comercios. "Se apunta la hora cuando llega y cuando se va y lo firmamos", explica el dueño de una cafetería en Granada. Muchos aseguran que no se pueden permitir pagar otra cosa. Otros usan sistemas más sofisticados para adaptarse a la ley.

Es el caso de un taller en Sevilla donde sus empleados fichan al llegar con la huella digital; un registro que, un mes después de entrar en vigor la ley, empieza a formar parte del paisaje de las empresas españolas.