La Unión Europea seguirá debatiendo con los Estados Unidos para obtener una exención a los aranceles que impondrá a las importaciones de acero y aluminio, después de que la reunión entre sus titulares de Comercio no haya permitido aclarar el proceso para quedar eximido.
"No ha habido claridad inmediata sobre el procedimiento exacto de EEUU para estar excluido de las medidas anunciadas, así que las discusiones continuarán", ha afirmado la comisaria europea de Comercio, Cecilia Malmström en la red social Twitter tras el encuentro celebrado esta mañana en Bruselas.
Malmström se ha reunido con el jefe de Comercio Exterior de EEUU, Robert Lighthizer, y con el ministro de Economía, Industria y Comercio japonés, Hiroshige Seiko, quien también ha pedido al representante norteamericano una exención para su país.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó aranceles del 25 % a las importaciones de acero y del 10 % a las de aluminio, una medida que justifica por considerar que estas industrias son "vitales" para la seguridad nacional del país pero que ha desatado las críticas de sus socios en el mundo y amenaza con desencadenar una guerra comercial.
Sólo México y Canadá están exentos por el momento de las tarifas, pero las medidas no entrarán en vigor hasta dentro de dos semanas y la Administración americana ha abierto la puerta a introducir exenciones y, de hecho, Trump ha anunciado que estudian la posibilidad de eximir a Australia a cambio de un "pacto de seguridad".
Durante la reunión en Bruselas Malmström mantuvo un encuentro bilateral Lighthizer para intentar obtener más "claridad" sobre las condiciones de las exenciones, una discusión que la comisaria calificó de "franca", pero que no respondió a las demandas de información europeas.
Las discusiones continuarán aunque por el momento no se ha puesto fecha a un futuro encuentro.
La UE defiende que es un "estrecho socio en comercio y seguridad" de Estados Unidos, que sus empresas no reciben masivos subsidios públicos ni amenazan la seguridad nacional del país y que por ello deberían quedar exentas de unas tarifas que estima tendrán un impacto de unos 2.800 millones de euros sobre sus exportadores.
Sin embargo, el Ejecutivo comunitario ha asegurado que no hará concesiones en materia comercial ni de otro tipo para obtener tal exención y advirtió de que está listo para responder en un plazo máximo de 90 días si es necesario con sus propios aranceles y salvaguardas a productos estadounidenses y un recurso ante la Organización Mundial del Comercio (OMC).
La reunión estaba prevista dentro de los contactos trilaterales que tienen desde diciembre pasado la UE, EEUU y Japón para abordar el problema del exceso de capacidad de producción en el sector del acero, pese a que dadas las circunstancias el encuentro ha girado en torno a los aranceles.
La UE insiste en que la raíz del problema en el sector está en los subsidios masivos que ciertos países, en particular China, dan a sus industrias y defiende que esto sólo puede abordarse de forma multilateral.
En este contexto, los tres socios han acordado ciertas "acciones iniciales conjuntas" para atajar las políticas que llevan a un exceso de capacidad, crean "condiciones competitivas injustas", perjudican al desarrollo y la innovación y "minan el funcionamiento adecuado del comercio internacional", según un comunicado conjunto emitido tras el encuentro.
Acordaron "definir las bases" para desarrollar reglas más estrictas para los subsidios a la industria y colaborar para "mantener la disciplina existente", así como "trabajar juntos" en las disputas en la OMC para hacer cumplir las reglas.
También pactaron "reforzar" los requisitos de notificación a la OMC para mejorar sus sistema de vigilancia así como compartir más información sobre prácticas que distorsionen el mercado y sobre sus propios marcos regulatorios.
Pese a esta aparente voluntad de acción conjunta por parte de Estados Unidos, la decisión de Trump ha sido criticada precisamente por ser unilateral, contraria a las normas de la OMC y potencialmente muy perjudicial para la economía y el empleo.
Además de la UE -principal socio comercial y exportador de acero a EEUU- Japón, China, Brasil, Corea del Sur y otros países europeos a título individual han pedido la retirada de los aranceles.