Ocho cadenas de supermercados en Eslovaquia fijarán un tope desde este lunes, y durante tres meses, para el precio de los productos de primera necesidad, una medida voluntaria para combatir la elevada inflación.
Los precios de los comestibles subieron un 30 % el pasado febrero, en comparación con el mismo mes del año pasado, con estos productos como los más afectados por el aumento de la inflación.
Las cadenas congelarán el precio de unos 400 productos básicos y comestibles de origen eslovaco, que se distinguirán del resto por una etiqueta con el texto "Garantía antiinflacionaria".
Se trata de las empresas extranjeras Billa, Tesco, Lidl y Kaufland, y las locales Fresh, CBA, Coop Jednota y Terno/Kraj, que participan voluntariamente en una iniciativa, con la que además se pretende impulsar la producción local.
El Ministerio de Agricultura hará público también este lunes en su web los productos cuyos precios han sido congelados, aunque sin indicar el PVP.