El ministro de Agricultura, Luis Planas, se muestra optimista de cara a la campaña del aceite de oliva que arranca en octubre y que se prevé supere el millón de toneladas, una cifra superior a la de los últimos años, para poder garantizar "un precio razonable".

"Esta campaña se prevé más importante, ya que muy probablemente vamos a superar el millón de toneladas. Estamos en una situación más positiva para disponer de un volumen suficiente para abastecer al mercado nacional, con un precio que sea razonable para las familias e inferior a los precios tan altos que se han alcanzado, para lo que adoptamos medidas en materia fiscal como la reducción del IVA, y después para los mercados internacionales", ha expresado a Europa Press.

El ministro ha reconocido que el precio que ha alcanzado el aceite de oliva ha sido una "preocupación" para el Gobierno, por lo que ha "tomado medidas" que han sido "eficaces" y "efectivas", aunque es "difícil" hacer una predicción de cuánto podrían bajar los precios. "Haría falta una bola de cristal para poder responder a la pregunta y no la tengo", ha bromeado.

No obstante, Planas ha advertido de que desde el Ejecutivo y las administraciones se va a estar "muy vigilante" y "alerta" ante la evolución de los precios. "Es muy difícil predecir cuándo, cómo y a qué niveles, pero también mi preocupación es que lógicamente los olivareros tengan una justa retribución", ha señalado. "En este momento, las cotizaciones se sitúan ligeramente por encima de los 7 euros, cuando han superado los 9 euros en origen en los momentos más altos. ¿Dónde llegaremos? No lo sé, porque esto es la ley de la oferta y la demanda", ha explicado.

De esta forma, el titular de Agricultura ha reiterado que su "preocupación es que los agricultores perciban la justa retribución por su trabajo y por los costes de producción, que, por cierto, son muy diversos". "No es lo mismo el olivar tradicional, el intensivo o el superintensivo, y, por otro lado, se trata de que la industria pueda llevar a cabo su trabajo empresarial y que, lógicamente, los ciudadanos puedan comprar aceite a un precio razonable. Es muy sencillo de decir y muy difícil de hacer", ha asegurado.