Sin presupuestos en el horizonte, Cristóbal Montoro aprieta. Hacienda impone importantes restricciones de gasto a las cuentas prorrogadas de 2017, que afectan, sobre todo, a la administración central. "Desde luego, como mi ministerio limite el gasto al 50% no sé qué haré yo", ha señalado Íñigo Méndez de Vigo, portavoz del Gobierno y ministro de Educación. En la práctica supone que los ministerios empiecen 2018 con la misma dotación del año anterior, pero con una restricción importante.
Montoro impone que, al llegar al 50% de ese presupuesto, nadie podrá gastar nada más hasta que las nuevas cuentas no salgan adelante. "A nadie le importa que no haya dinero para las partidas necesarias en educación y sanidad. Es el politiqueo a corto plazo que mantiene al país paralizado", ha criticado Toni Roldán, diputado de Ciudadanos. La limitación, de la que están exentas las pensiones y las rpestaciones por desempleo, podría afectar sin embargo a licitaciones de infraestructuras o partidas, por ejemplo, como la de las becas.
"Lo que no vale es decir 'queremos que haya presupuestos para 2018 pero vamos a votar en contra", ha destacado Méndez de Vigo. Algo, que el PSOE interpreta como un chantaje político para que el resto de partidos ayuden al gobierno a sacar sus cuentas adelante. "Este partido no aceptará ni un solo chantaje", ha asegurado Ander Gil, portavoz del PSOE en el Senado. También afecta la falta de presupuestos a las Comundiades Autonómas, porque Montoro congela 4.000 millones de euros de anticipo hasta que las nuevas cuentas estén en vigor.
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