Desde hace un tiempo palabras como estanflacióno reduflación se han colado en nuestro día a día. Ahora sumamos una más: la diverflación. Algunos piden que se lo expliquen, a otros les "suena a chino", mientras que la mayoría asegura que "no lo había escuchado nunca". Así que laSexta ha buscado una definición para ese nuevo palabro.
Entonces, la diverflación se podría traducir como "vivir el momento", apostando más por gastar en experiencias y ocio que en bienes materiales. Cuestión que cobra sentido si se recurre a un clásico: "¿El dinero para qué es? Para disfrutar. En el cementerio no lo vamos a gastar, hay que gastar en vida".
Parece que le vamos perdiendo el miedo al sonido que indica que la tarjeta de pago ha sido identificada por el dispositivo de cobro. Y es que pese al encarecimiento de la vida, el consumo no se ha visto afectado porque, tal y como apuntan algunos, "hay que gastar, hay que mover la economía, joder".
Un buen ejemplo de ello es la semana grande de Bilbao y sus txosnas. En algunos casos han intentado contener los precios: "Aunque hemos tenido subida por parte de los proveedores hemos decidido mantenerlo. Tanto de bocatas como de bebidas", explica Nagore Luengo, de Trikimailu Txosna.
Pero, no siempre es posible. "Se nota que algo ha subido pero porque el mercado lo exige", ha puntualizado ante laSexta Iñigo Burgos, de Moskotarrak Txosna. Algo que se repite en Txomin Barullo Txosna donde "los precios habrán subido como un euro, un euro y medio. El lomo, el chorizo... todas esas carnes sobre todo, pues han subido bastante", asegura Ander Gumuzio.
Lo que no cambia son las ganas de pasarlo bien y en Bilbao lo tienen más que claro: "Si andas mirando, no disfrutas", argumenta un vecino, al tiempo que otro clama que "hay que aprovechar" ya que "es la Semana Grande, hay que vivirla". Aunque algunos más que otros tienen presente esta filosofía económica. De hecho, los expertos indican que la diverflación es algo más común entre los jóvenes.
Eso sí, sea cual sea la edad todos nos apuntamos a gozar del ocio, puesto que lo importante es "disfrutar en cada sitio lo que te ofrece y si eso requiere un poco de inversión pues lo haces", además para eso se trabaja "todo el día": "Para que el fin de semana pueda disfrutarlo en ese tipo de experiencias". Entonces, sí, cumplimos eso de que la riqueza consiste mucho más en el disfrute que en la posesión.
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