Llegó Filomenay subió el precio de la luz. Justo cuando más se necesitaba. Para algunas personas solo es un motivo de cabreo, pero para las que tienen menos recursos esta subida puede suponer el plus que marque el no poder calentarse en estos días de frío histórico. En España hay 1,3 millones de hogares vulnerablesacogidos al bono social energético, según la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC).
Esta subida, que alcanzó su máximo diario el pasado 8 de enero con 95€ el megavatio/hora (MW/h) de media, ha sido la más alta desde 2013. Este 13 de enero también se va a encontrar entre los diez días más caros de los últimos quince años, alcanzando picos de más de 100 MW/h. Parece que las temperaturas no han sido las únicas que han marcado récords históricos.
Siempre que se produce este fenómeno (frío + aumento del precio de la energía) se cierne sobre muchos la idea de un complot de las eléctricas. Los expertos se alejan de esa opinión y apuntan a una reforma legal que corrija estos repuntes desorbitados.
En realidad, este ascenso se debe a múltiples factores. Junto al temporal, que ha hecho aumentar la demanda de energía, se han dado todas las condiciones que podían incrementar el precio de la luz: el elevado precio del gas y una baja producción de energías renovables.
Aumento de la demanda
La demanda de energía aumenta en épocas de frío y las temperaturas gélidas que ha traído la borrasca Filomena, seguida de un anticiclón acompañado de temperaturas mínimas históricas, ha incrementado esa demanda. Esta es la primera causa directa de la subida de los precios. Sobre todo el viernes 8, el día que comenzó a pegar fuerte la nevada en el centro peninsular y el mismo día que más subió el precio de la luz.
Como podemos ver en el gráfico que sigue, la demanda de energía del viernes 8 alcanzó los 34.983 megavatios, el valor más alto de los dos últimos años. El fin de semana la demanda cae debido al parón industrial, como suele suceder también en los festivos. En el siguiente gráfico se puede ver, asimismo, los cambios de demanda mes a mes, pulsando en el desplegable.
Para colmo, la pandemia también está influyendo en este aumento de la demanda: como se nos ha recomendado desde las autoridades, hay que ventilar los espacios interiores con frecuencia, lo que conlleva multiplicar el gasto en calefacción.
Es normal, incluso "sano", explica el experto en energía Jorge Morales, que suban los precios cuando aumenta la demanda. De hecho, también han subido los precios en las principales economías de Europa durante estos días de bajas temperaturas. Lo que no es normal, apunta Morales, "es que no se haya podido prever y que se traslade con tanta intensidad a la factura doméstica".
No obstante, si comparamos los datos de precio y demanda de los dos últimos años, vemos también que en enero de 2019 y 2020 la demanda de energía fue muy alta, pero la curva del precio no asciende con esa brusquedad como ha sucedido en estos días. ¿Por qué? La razón es porque en esta subida han intervenido al menos otros dos factores clave en la determinación del precio de la energía.
Baja producción de renovables
Filomena ha traído poco viento al comienzo de la borrasca y ha tapado el sol por completo, lo que ha hecho que la producción de renovables bajara y fuera necesario comprar otras energías mucho más caras. En el siguiente gráfico se puede ver que en los días del temporal la producción de energía solar y eólica fueron bajas con respecto a días anteriores.
Las energías renovables son las más baratas y las que entran primero en la llamada cesta energética junto a la nuclear. Luego siguen el resto. Pero si hace falta un extra porque no se está produciendo lo suficiente, se necesita tirar de otras fuentes de energía. Es el último recurso que llena la cesta el que va a marcar el precio definitivo. En este caso ha sido el gas natural, cuyo precio está por las nubes debido a la -también- alta demanda internacional.
De hecho, como apunta Pedro Fresco, experto en energía, este sistema, llamado marginalista, juega a favor del consumidor cuando la producción de renovables es tan alta que el precio cae a mínimos. El 25 de diciembre, un festivo con apenas demanda de energía y buena producción de renovables, el precio medio diario cayó a 16 euros el megavatio/hora (lo puedes ver volviendo a la gráfica de precios y seleccionando el mes de diciembre en el desplegable). Para hoy, día 13, se prevé que la media sea de 85 euros el Mw/h.
El elevado precio del gas
Ante la creciente demanda y la baja producción de renovables, España ha necesitado en estos días comprar gas natural, una energía mucho más cara en estos momentos. Como anotan los expertos, el gas ha elevado su precio debido por culpa de una fuerte demanda internacional, tanto en los países occidentales como en el mercado asiático, donde, al igual que en Europa, se han registrado bajas temperaturas.
¿Hay un complot de las eléctricas para subirnos la luz?
Cada vez que hay episodios de estos resurge de nuevo el debate: la recurrente sospecha de un pacto entre el oligopolio de las eléctricas para marcar los precios (lo cual sería ilegal). Los diferentes Gobiernos de España han instado en varias ocasiones a la CNMC a que investigue si hay un comportamiento fraudulento. En esta ocasión también se ha solicitado esa investigación y la CNMC ya lo está estudiando.
Pero los precedentes que hay al respecto, dice Morales, "no han tenido éxito": "El mercado es complejísimo y esos comportamientos son muy difíciles de demostrar", apunta el experto. "Ha habido multas por manipulación de precios en el pasado", anota Fresco, "pero muchas otras veces no se ha podido demostrar". Para este experto, no parece que este sea el caso, "porque hay parámetros objetivos que lo explican; sí sería anormal si no hubiera ningún parámetro", matiza.
¿Puede el Gobierno revertir esta situación?
Sí, pero no parece que vaya a suceder de inmediato. Un cambio legislativo y una apuesta por otras energías podría compensar estos vaivenes y que el precio no variara tanto en función de la demanda.
El cambio de modelo energético es inevitable, según Pedro Fresco, y el sistema marginalista "va a dejar de tener sentido". El autor, que ha publicado recientemente el libro 'El nuevo orden verde', que analiza precisamente la llamada transición energética, considera que es importante apostar por mecanismos de almacenamiento, además del hidrógeno, entre otras posibles fuentes de energía renovables.
Cuando la oferta y la demanda actúan "es lógico que los precios varíen", opina, pero "si ves que un sistema está muy tensionado" (lo que sucede en las olas de calor y de frío) hay que encontrar energías cuyo precio no fluctúe tanto.
Por su parte, Jorge Morales considera que el cambio tiene que pasar por el Parlamento, y que es "fundamental" lograr un cambio en la ley que motive una "sustitución" progresiva "de la actual aportación nuclear y gasistaen los momentos en los que no hay ni sol ni viento suficientes".
Para este experto, esto podría hacerse "desde ya", aprobando un nuevo servicio de subastas que "que premie la aportación renovable". Para compensar la bajada de producción durante el invierno, Morales propone apostar por la energía hidroeléctrica (que ya funciona, aunque matiza que también necesita una regulación de los precios), la biomasa o el hidrógeno verde como alternativas.
En la siguiente factura veremos los efectos económicos de Filomena y la ola de frío posterior. El Gobierno cuenta con que la factura de la luz se encarecerá entre cuatro y diez euros, aunque la organización de consumidores Facua eleva este alza en la factura hasta los 19 euros.
De momento, y según las palabras de Alberto Garzón, ministro de Consumo, el Gobierno dice estar buscando "soluciones definitivas para una tarifa regulada" que proteja a los más vulnerables. Desde Unidas Podemos están presionando a su socio de Gobierno para que cumpla el acuerdo de coalición yreforme ya el mercado eléctrico.
Pero mientras que llega, y con una ola de frío todavía encima de nuestras cabezas, como consumidores solo podemos intentar reducir nuestro consumo, y seguir una serie de consejos que contamos aquípara contener un poco el gasto de energía en nuestros hogares.
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