Antes de la reforma laboral Ángela trabajaba ocho horas al día y cobraba 1.200 euros: "Y con 50 días de vacaciones", afirma. Pero el hotel en el que trabajaba se acogió a la reforma laboral, despidieron a toda la plantilla y externalizaron los servicios. Sus condiciones cambiaron, a peor.
"Ahora externalizadas, tenemos que hacer 400 habitaciones para cobrar 800 euros. Se está cobrando una media de dos euros por habitación", declara Ángela Muñoz, portavoz de 'Las Kellys'.
Ángela asegura que no es solo una cuestión de salarios bajos: "No quiero que me pagues para explotarme, quiero tener mis derechos añadidos a lo que me corresponde. Es tu poder tener una baja y que no te despidan", añade.
Las condiciones laborales de Federico, vigilante de seguridad, también han empeorado con la reforma laboral. "Trabajando cinco o seis horas por 400 euros y con eso no se vive. Es un cáncer y nos está llevando a perder lo que lucharon nuestros padres, que consiguieron la libertad, y nos está llevando al esclavismo", explica.
Desde la plataforma 'Unificando las luchas', que engloba a distintos colectivos de trabajadores afectados por la reforma, piden que se derogue. "Con esta reforma laboral lo único que se ha conseguido es precarizar aún más los puestos de trabajo", afirma Alberto Pérez, portavoz de la plataforma.
Ángela, Federico y Alberto coinciden que con su puesta en marcha, todo ha ido a peor.