El sector del juguete atraviesa uno de sus momentos más frágiles. Las ventas han caído en picado y dos conocidos grupos jugueteros han echado el cierre. La baja natalidad y las nuevas formas de ocio infantil están detrás de una crisis ante la que tratan de recomponerse.

Coches, libros, peluches, juguetes en general que ya no se entienden sin un toque tecnológico. Es el proceso de adaptación que han seguido en una industria, aunque a marchas forzadas. En esa línea se pronuncia el director general de Juguettos, José Luis Díaz Mariscal: "La disminución empezó en 2023 (...) Cada vez hay más juegos electrónicos"

Después de un ligero crecimiento en 2022, la facturación descendió casi cuatro puntos el pasado año y se espera una nueva caída durante este ejercicio. Y es que los pequeños cambian cada vez más temprano los balones o muñecos, por pantallas. A pesar de que los adultos lo intenta, no siempre consiguen que se entretengan de forma tradicional.

Además el sector apunta otros dos desafíos para mantenerse en nuestro país: la baja natalidad y la estacionalidad con la que compramos. Prueba de ello es que el 60% de las ventas se dan en apenas un mes que no es otro que el periodo navideño, mientras que en otros países como Francia o Italia, las ventas se reparten a lo largo del año.

Tiendas tradicionales como la que aparece en las imágenes sobre estas líneas tienen que hacer frente a la competencia de las compras online. En concreto, se enfrentan a plataformas de venta muy baratas, pero cuyos productos no cumplen siempre, las normas de seguridad europeas.