Solo una de cada cuatro personas sin hogar percibe el Ingreso Mínimo Vital. Un estudio de 'Hogar Sí' constata que solo el 26% recibe la ayuda, pese a que la solicita el 76%. El obstáculo son los requisitos burocráticos: "El empadronamiento, el patrimonio recibido el año anterior o no vivir independientemente el tiempo suficiente", señala Ruth Caravantes, responsable de la investigación.
'Hogar Sí' propone anticipar la ayuda para personas en situación de pobreza severa. En este sentido, José Manuel Carballol, director de la fundación, defiende que "se invierta la carga de la prueba en la pobreza". "Una declaración de necesidad debería ser suficiente para el otorgamiento de la ayuda, y las actuaciones de control podrían hacerse a posteriori", afirma.
Entre las personas en esta situación, el Ingreso Mínimo Vital solo se otorga a un 34% de los solicitantes, otro tercio está pendiente de resolución, y a una última tercera parte le ha sido denegada. Maribel Ramos, subdirectora de 'Hogar Sí', critica que "la accesibilidad universal se acaba en la rampa de entrada de las oficinas del Instituto Nacional de la Seguridad Social".
Un 18% no se atreve a solicitarla porque se encuentra en situación irregular, y casi la mitad no lo hace por desconocimiento o no saber cómo hacerlo. Los expertos proponen mejorar los canales de información: "Que se hagan campañas de divulgación directa, que la atención sea presencial y personal, que el lenguaje sea accesible y haya acceso a otros idiomas", manifiesta Ruth Caravantes.
La cuantía media percibida es de 371 euros, una cantidad insuficiente, alerta la entidad, para empezar de nuevo. Por ello, proponen amortizar la ayuda. "Sería interesante testar la efectividad de 5.000 euros de una vez", afirma Caballol. Y es que solo tres de cada diez encuestados aseguran que han conseguido desarrollar una nueva vida autónoma gracias al Ingreso Mínimo Vital.