Unos 200 trabajadores de la planta de Nissan en Barcelona se han concentrado a las puertas de la fábrica, en Montcada i Reixac, para protestar contra el cierre del centro, que la compañía ha comunicado este mismo jueves al Gobierno de España.
Allí, han procedido a la quema de neumáticos a las puertas del centro y han cortado una de las rotondas de la Zona Franca, polígono donde se sitúa la fábrica. Tras conocer el anuncio oficial de Nissan, los trabajadores han iniciado una marcha hasta la autovía C-17, que han cortado al tráfico en protesta por la decisión.
Los afectados han explicado que la noticia no les ha pillado por sorpresa y que la lucha va a seguir para defender sus puestos de trabajo. "Lucha o morir", han gritado.
Los trabajadores llevan en huelga indefinida desde el pasado 4 de mayo para reclamar un plan industrial para la fábrica de Zona Franca.
El grupo automovilístico Nissan ha comunicado oficialmente este jueves al Gobierno el cierre de las plantas que tiene en Barcelona -en la Zona Franca, Montcada i Reixac y Sant Andreu de la Barca-, en las que trabajan cerca de 3.000 personas.
En una nota, el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo ha lamentado la decisión de Nissan y ha considerado que la continuidad de la planta "es posible mediante el plan de viabilidad presentado hace unos meses a la presidencia" de la compañía.
La vicepresidenta Nadia Calviño ha asegurado en una entrevista en TVE que el Gobierno va a "iniciar un proceso de negociación" sobre las condiciones del cierre y ha recordado que "las inversiones" necesarias para la continuidad de la planta "son inferiores al coste de cerrarla", que supondría, según señaló Industria, un desembolso de 1.000 millones para la empresa. Además, el Gobierno también ha advertido del "coste reputacional" de abandonar el "carácter estratégico" de Barcelona y la Unión Europea.
La ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, ha asegurado en una entrevista en RNE que el Gobierno ha ofrecido "todo tipo de apoyos, acompañamientos, ayudas y planes" para evitar el cierre de la planta y ha explicado que el Ejecutivo "lamenta profundamente" la decisión de la empresa japonesa.
A pesar de ello, ha advertido que el Gobierno no va a "tirar la toalla" y buscará "fórmulas para mantener el empleo en diálogo con los trabajadores".