Puede suponer un gran ahorro
Transformar un coche de gasolina a GLP: cuánto se puede ahorrar, ventajas y desventajas del gas
¿Por qué es importante? En 2024 se transformaron 5.200 coches de gasolina o diésel a gas licuado, lo que supone un incremento del 30% respecto al año anterior.
![Una manguera de gas licuado de petróleo (GLP) o autogás Una manguera de gas licuado de petróleo (GLP) o autogás](https://fotografias.lasexta.com/clipping/cmsimages01/2025/02/09/5CD5291A-2394-4537-B20D-AF09E4CF41A3/manguera-gas-licuado-petroleo-glp-autogas_160.jpg?crop=5301,2982,x0,y254&width=544&height=306&optimize=low&format=webply)
Cada vez es más habitual que coches de combustión se adapten para funcionar con gas licuado de petróleo (GLP). En 2024, el aumento fue de un 29,6% respecto al año anterior, llegando a las 5.200 conversiones, según datos de la Asociación de Transformadores de Vehículos (ASTRAVE).
Esto confirma que la tendencia de la transformación al autogás se ha convertido en una alternativa a la que cada vez recurren más usuarios. Además, los datos indican que esta tendencia es más acentuada en las grandes ciudades.
Con este proceso, los coches pasan de consumir gasolina o gasoil a funcionar parcial o totalmente con gas. Esto supone un importante ahorro económico, ya que el precio del litro de gas licuado es unos 50 céntimos inferior al de los combustibles tradicionales. En un depósito medio, esto puede suponer un ahorro de alrededor de 30 euros.
Además, los vehículos de gasolina matriculados a partir de 2006 y los diésel matriculados desde 2016 pueden conseguir la etiqueta ECO al hacer esta transición, algo que supone una gran ventaja en las grandes ciudades, donde el acceso a las zonas céntricas está cada vez más restringido.
Así es la conversión de un coche a GLP
El coste de añadir un depósito de GLP a un coche de gasolina es de entre 1.800 y 2.000 euros de media, aunque el precio final depende de diversos factores. La transformación debe efectuarse en un taller cualificado y, después, el conductor deberá acudir a la ITV para homologar la conversión. En la inspección se comprueba que todo el sistema es seguro y se concede la deseada etiqueta ECO.
También se instala un mando para que el conductor elija con qué combustible desea circular y una centralita electrónica que monitorice el funcionamiento del nuevo sistema de GLP. La transformación no afecta nada al funcionamiento del motor con gasolina ni al resto del vehículo.
Las desventajas del GLP
El principal problema que se encuentran los usuarios de coches de gas licuado es la falta de estaciones de servicio adaptadas. De las 12.000 gasolineras que hay en el país, solo 800 de ellas sirven GLP, lo que puede suponer un auténtico quebradero de cabeza a la hora de hacer viajes largos.
Además, la mayor parte de ellas se encuentran en los grandes núcleos urbanos. Por ejemplo, en toda Extremadura solo hay diez puntos donde se puede repostar un coche de gas, y en las provincias más despobladas, como Teruel o Soria, ni siquiera hay cinco gasolineras donde se pueda llenar un depósito de GLP.
El uso del GLP también hace que el motor consuma ligeramente más que al funcionar con gasolina o gasoil, ya que necesita un flujo un poco mayor para ofrecer la misma potencia. El incremento es, aproximadamente, de un litro por cada 100 kilómetros. Es decir, si nuestro coche gasta de media seis litros, al adaptarse al gas gastará alrededor de siete. Sin embargo, la diferencia de precio hace que siga siendo mucho más económico que circular con gasolina.
Se estima que el coste de la adaptación y del incremento del consumo se amortiza al rodar entre 18.000 y 20.000 kilómetros utilizando gas licuado.