Las playas en Calonge i Sant Antoni, en Girona, están irreconocibles. Todo después del paso de la borrasca Nelson por la zona, que ha dejado palmeras arrancadas y tramos del paseo marítimo cortados.
"Aquí había una playa muy bonita y bastante ancha, bastante amplia... Pero ya lo ves, ha desaparecido todo, hasta las palmeras que están aquí abajo", explica una vecina.
Todos los días de la Semana Santa ha habido un fuerte oleaje y viento, algo que ha dañado la economía de la zona en una semana muy fuerte para la hostelería. "Ayer por la noche, estaba todo vacío. Todos los restaurantes vacíos. Mucha gente depende del turismo aquí y a ver que pasa... El mar no perdona", declaraban varios vecinos de la zona.