Cuando se cumple una década del accidente del metro de Valencia, la estación de la tragedia vuelve a lucir su nombre original. "Aunque sea la tontería de un letrero en la pared, un nombre, pero es devolverle la dignidad a la estación", explica Rosa Garrot.
Esa dignidad dicen que se perdió cuando en 2012 el Gobierno del PP cambió el nombre de la parada. Pasó a llamarse Joaquín Sorolla-Jesús, pero para las víctimas sólo se hizo con un objetivo. "Promover el olvido por parte del Partido Popular", lamenta Garrot.
Algo que ha querido cambiar el nuevo Gobierno autonómico. "La Generalitat les falló, aquel día 43 personas subieron a un servicio público, y, jamás llegaron a casa. Ningún dirigente político es el culpable directo de esta situación, pero sí que son responsables de la gestión de este accidente", declara Ximo Puig.
Ahora, ya no se han reunido en plaza de la Virgen para protestar, sino en el punto exacto del accidente para rendir el mejor homenaje a las víctimas, porque, después de años de reivindicación, la verdad por fin sale del túnel.