En abril de 1989, miles de estudiantes comenzaron a manifestarse contra el Gobierno chino, exigiendo mayores libertades, reformas políticas, democracia y el fin de la corrupción. El epicentro de las protestas se concentró en la Plaza de Tiananmen (China), hasta el 4 de junio.
A finales de mayo, ante las continuas protestas apoyadas por la clase trabajadora y con la Plaza de Tiananmen completamente ocupada, el Gobierno chino, liderado por Deng Xiaoping, decretó el Estado de Excepción y declaró la Ley Marcial.
En la noche del 3 al 4 de junio, los tanques y soldados del Ejército Popular de Liberación se dirigieron a desalojar la Plaza de Tiananmen, abriendo fuego. Las tropas chinas despejaron la plaza, pasando por encima de los manifestantes y dejando miles de víctimas mortales a su paso. Tal represión fue conocida como la Masacre de Tiananmen.
La mañana del 5 de junio de 1989, tras ser despejada la Plaza de Tiananmen, los tanques del ejército chino se retiraban. En ese momento, un hombre desconocido se puso delante de los tanques y les bloqueó el paso. Dicha secuencia copó los titulares de toda la prensa mundial de la época y se convirtió en el símbolo de las protestas estudiantiles de todo el mundo.