Joe Biden anunció este domingo que abandonaba su carrera para ser reelegido presidente de Estados Unidos después de la multitud de críticas que llegaban desde el seno de su mismo partido que empezaron a verse tras el debate que protagonizaron el candidato demócrata y el republicano, Donald Trump. Con la promesa de dirigirse a la nación en las siguientes horas, la decisión del todavía presidente estadounidense deja algunos interrogantes, que recogen en el vídeo sobre estas líneas los periodistas Sandro Pozzi y Emilio Doménech.
Un nuevo candidato, el modo de su selección, así como un reenfoque en el mensaje presentan un escenario incierto ante una campaña electoral para cuyo inicio solo falta un mes. Inminente, no obstante, también es la Convención del Partido Demócrata cuyo arranque esta previsto para el próximo 19 de agosto en Chicago, en el estado de Illinois.
Es cierto que en la misiva enviada por Biden este muestra su agradecimiento "a la Vicepresidenta Kamala Harris por ser una compañera extraordinaria en todo este trabajo", sin embargo, no deja claro si es ella quien cogerá el relevo en esta incierta carrera hacia la Casa Blanca. Aunque, eso sí, minutos más tarde Biden publicó un mensaje en la red social X en el que ofrecía su "apoyo y respaldo" para que Harris "sea la candidata de nuestro partido este año". Las opciones, en cambio, son más.
Por un lado, existe la opción de que Biden nombre a Harris como su sucesora de forma oficial obligándola, así, a denominar un nuevo candidato que podría ser ella misma; y, por otro, también existe el camino a unas 'miniprimarias'. Una opción que ya en su día planteó la que fuera presidenta demócrata de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos, Nancy Pelosi. La ya veterana política defendía este camino para así evitar que la Convención Demócrata no pareciese una coronación.
El tiempo con el cuentan en el partido se consolida como la gran incógnita, puesto que no es solo la selección de un candidato para continuar en la Casa Blanca, sino también la de los cuatro millares de delegados que son, a su vez, quienes deben apoyar o no al candidato nominado durante la Convención del partido.
Unos delegados que Biden ya tenía, pero que en un principio no se le pueden transferir a Harris. De esta manera, tendría que encontrar a los suyos propios o lograr que Biden convenciese a los suyos para respaldarla, es decir, debería "liberar" formalmente a los delegados de su compromiso inicial.
No obstante, el criterio de los delegados es el que prima, por lo que podrían inclinarse por un candidato alternativo si consideran que tendría más posibilidades de vencer al candidato republicano, Donald Trump, en noviembre. Esta flexibilidad en el voto de los delegados abre la posibilidad de una "convención negociada".
Un escenario que hace más de 70 años que no se produce, de hecho, las últimas tuvieron lugar en 1952. Eso sí, ahora lo primordial es encontrar que este modo de selección de candidato "sea lo más digno para Biden", pero también positivo para el partido.
Más allá del candidato, en el Partido Demócrata ahora tienen que tomar otra decisión: cómo reestructurar la campaña electoral, ya sea en términos ideológicos, así como en referencia a los mensajes a trasladar. Por ejemplo, deben posicionarse sobre si continúan enfatizando los logros durante la etapa de Joe Biden en la Casa Blanca como presidente.
Lo que está claro, no obstante, es que este terremoto demócrata hará que Trump desaparezca del mapa durante el próximo mes, después de haber estado ocupando el foco mediático en las últimas semanas a causa del intento de asesinato contra él mismo durante la Convención Republicana.