Huir es la única salida para muchas familias ucranianas que viven en las zonas bombardeadas por las tropas rusas. El caso de Járkov es especialmente peligroso, habiendo sido uno de los primeros objetivos de la Rusia de Putin.
En laSexta hemos hablado con Alexandra, que ha conseguido llegar a España con su hijo de tres años y que busca la forma de empezar de cero. "El primer bombardeo fue sobre las 5:00 el día 24 de febrero. Cuando reventó el cristal, salió por todas partes", cuenta en el vídeo.
Fue entonces cuando cogió a su hijo, pero fue incapaz de decirle que ya no tenían ventanas: "Abría la boca y no podía vocalizar". Su hijo estaba "temblando" y no podía calmarle porque reconoce que no era capaz de calmarse a sí misma.
Se marcharon a la casa de sus vecinos durante siete días, donde estuvieron junto a 40 personas y "un montón de niños". "Nos daba miedo salir, ni a por comida, ni nada. Da miedo porque escuchas todo el rato cómo bombardean. A una mujer se le cortaron las piernas de un bombardeo", relata.