El Primer Ministro británico lo ha anunciado en la mañana de este lunes: "Vamos a prohibir el óxido de nitrógeno". En realidad, desde 1971 ya estaba prohibido su uso lúdico en Reino Unido, pero ahora se ilegaliza la posesión del conocido como 'gas de la risa', muy presente en su uso como droga, en la vía pública, entre los jóvenes. Rishi Sunak ha asegurado que es algo urgente porque "todos hemos paseado entre lugares llenos de los botecitos, por ello vamos a ampliar el poder la policía".
Porque esta medida pretende implantar más controles antidrogas por todo el país. Hasta ahora este gas se adquiría de manera fácil en locales no autorizados por el módico precio de 30 libras por cada bote. Ya en la trastienda, te incluían los globos para inhalar y así hasta convertirse en la segunda droga más consumida por jóvenes británicos de entre 16 y 24 años.
Los médicos advierten del alto riesgo de intoxicación e incluso, con consecuencias mayores, como las que ha sufrido Kerry, a la que le ha provocado una parálisis y ahora necesita una silla de ruedas. Aunque ella cree que la prohibición no es el camino: "Si ilegalizas algo o se lo prohíbes, lo va a querer hacer más y no van a querer escuchar".
Un informe previo del Consejo Asesor Independiente sobre el Uso Indebido de Drogas ya concluyó que sería desproporcionada la medida y además perjudicaría a quienes utilizan el óxido de nitrógeno para fines médicos o incluso culinarios. Algo que contempla esta medida con vigilancia para restaurantes y catering.
Pero el Gobierno de Sunak quiere mano dura y es una de sus medidas estrella del plan que han tildado como 'Comportamiento antisocial', dotado con 180 millones de euros.