Mientras los talibanes entraban armados en Kabul en 2021, miles de personas huían desesperadamente del país hasta el punto de colgarse incluso a aviones en marcha. Preveían con su llegada lo que ha terminado siendo, un estado en el que se han perdido todos los derechos.
Todo para evitar la violenta represión que ejercen desde el día uno en el poder. Y tras dos años al mando de Afganistán, los derechos han desparecido con las mujeres como principales afectadas.
Según Amnistía Internacional, ha habido un total de 1.600 casos de torturas y abusos los dos últimos años, con un total del 57% de mujeres sintiéndose inseguras en el país.
A partir de los 10 años, las mujeres no pueden acceder a la educación. Y cuando lo hacen, se arriesgan a ser atacadas. Este viernes, 79 niñas han sido envenenadas en una escuela.
No pueden ni salir de casa y se les prohíbe trabajar. Desde la llegada de los talibanes, 4.500 mujeres han sido despedidas y 60.000 negocios, cuya propiedad eran de mujeres, han tenido que ser cerrados.
Y si desobedecen, duros castigos a cambio en unas imágenes que se ven diariamente. Una dura represión a la población que parece no tener fin.