Continúan las protestas en Bolivia por irregularidades en el recuento electoral. Al menos 18 agentes de una unidad de operaciones se han amotinado en el tejado de una comisaría en Cochabamba, en el centro del país.
Su gesto se ha replicado en otras ciudades entre aplausos y vítores de manifestantes.
El ministro de Presidencia de Bolivia, Carlos Romero, ha tendido la mano a los policías que se han rebelado para protestar contra el Gobierno del presidente del país, Evo Morales.
Romero ha emplazado a dialogar para "entender cuál es su malestar y sus peticiones". "Quiero decir al respecto que tenemos plena confianza en que vamos a poder superar esta situación en la Policía boliviana, como lo hicimos antes. Voy a conversar con la tropa y con los jefes", ha indicado en declaraciones recogidas por el diario 'El Deber'.
Asimismo, el ministro ha desmentido que el Ejército esté acuartelado para preparar una represión militar como la ocurrida en febrero de 2003, cuando los policías se amotinaron contra el Gobierno de Gonzalo Sánchez de Lozada, que desplegó a los militares en el llamado 'Febrero Negro', que dejó más de 60 muertos y obligó a la renuncia del mandatario.
Por su parte, Evo Morales ha llamado a sus seguidores a defender el triunfo que le dio el órgano electoral, hablando de un intento de golpe de Estado.
Son ya 17 días de protestas que dejan tres muertos y, al menos, 346 heridos.