Al menos 359 personas han muerto y más de 500 han resultado heridas este Domingo de Resurrección en Sri Lanka, primero por una cadena de seis atentados con bomba, ocurridos en un lapso de media hora contra tres iglesias del país y tres hoteles de cinco estrellas en la capital, Colombo, y por otras dos explosiones subsiguientes en un barrio del este de la capital y en un zoológico al sur de esta misma ciudad.
Más de un centenar de personas han muerto solo en una explosión, la ocurrida en la Iglesia de San Sebastián, en la ciudad de Negombo, al norte de la capital. Otra treintena de personas han fallecido en la explosión de la Iglesia de Sión, en Batticaloa (provincia Oriental del país). La tercera detonación ha ocurrido en la iglesia de San Antonio, en el distrito de Kotahena, en la capital, Colombo, y ha dejado al menos medio centenar de fallecidos.
La Policía ha detenido a 24 personas por su presunta relación con la ola de atentados. Entre los fallecidos hay al menos 31 extranjeros, entre ellos dos españoles.
Los tres hoteles afectados son el Cinnamon Grand, el Kingsbury y el Shangri-La, todos ellos en la capital, Colombo, y todos de categoría cinco estrellas.
Cuatro horas después ocurrieron otras dos explosiones. La primera, en el jardín zoológico nacional de Dehiwala, a 10 kilómetros al sur de Colombo, que ha dejado al menos dos policías fallecidos, según han confirmado fuentes médicas.
La octava explosión del día ha sucedido en el barrio residencial de Dematagoda, en el este de la capital, Colombo, cuando policías que investigaban los atentados contra los hoteles siguieron a un sospechoso hasta una casa donde fue detonado el explosivo. Tres policías han muerto.
El ministro de Estado para la Defensa, Ruwan Wijewardena, ha señalado además que los atentados fueron perpetrados por terroristas suicidas pertenecientes a un único grupo, del que no se ha revelado su identidad.