El estado de Alabama (EEUU) ejecutó a Thomas Arthur, un preso de 75 años que había librado una larga batalla legal con la que había eludido la inyección letal en siete ocasiones desde el 2001.

A Arthur, un hombre blanco, lo declararon muerto a las 00.15 hora local tras recibir una inyección letal en la prisión Holman de Atmore, según notificó el Departamento de Correcciones de Alabama.

Arthur fue condenado a muerte y ejecutado por asesinar el 1 de febrero de 1982 a Troy Wicker, el marido de su entonces amante, Judy, a cambio de 10.000 dólares, un crimen del que siempre se declaró inocente.

En el momento del asesinato, Arthur cumplía una condena de cadena perpetua por matar en 1977 a su cuñada de un disparo en el ojo pero participaba en un programa de reinserción laboral para presos.

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Fue durante su participación en el programa cuando empezó el romance con Judy Wicker. El día que mataron a Troy Wicker, Judy dijo a la Policía que un afroamericano había irrumpido en su casa de Muscle Shoals, había asesinado a su marido y la había violado a ella.

Las autoridades, sin embargo, no creyeron esa versión y la acusaron de contratar a Arthur para cometer el crimen con el objetivo de cobrar el seguro de vida de su marido. Ella fue condenada a cadena perpetua, aunque salió en libertad tras cumplir diez años de cárcel tras implicar a Arthur, que a su vez ya estaba condenado a muerte.

En 1986, Arthur se fugó de la cárcel tras disparar a un guardia -que sobrevivió- en el cuello y escapó a Tennessee, donde fue detenido semanas después por robar un banco y extraditado a Alabama. Alabama había tratado de ejecutarlo en 2001, 2003, 2007, 2008, 2012, 2014 y 2016, pero logró dilatar el fatal desenlace con múltiples recursos.

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Sus abogados también habían presentado múltiples recursos ante el Tribunal Supremo en esta ocasión, pero tras horas de deliberación la mayoría de magistrados dieron luz verde a la ejecución.

Arthur fue el duodécimo preso ejecutado este año en EEUU y el número 1.454 desde que el Tribunal Supremo reinstauró hace cuatro décadas la pena de muerte.

Alabama ha matado a 59 de estos presos y el 8 de junio planea ejecutar a otro, el afroamericano Robert Melson, por asesinar a tres trabajadores de un restaurante de comida rápida durante un atraco en 1994.