El Gobierno de Alemania ha anunciado este viernes que ha "tomado el control" de la unidad alemana de la empresa petrolera rusa Rosneft PJSC, así como de sus tres refinerías en el país, alegando que peligraba la producción de las destilerías de petróleo por la propiedad rusa de la compañía.

El Ministerio de Economía y Protección del Clima alemán ha detallado en un comunicado que Rosneft PJSC pasará a estar bajo tutela de la Agencia Federal de Redes, el ente gubernamental encargado del suministro gasístico, entre otros asuntos.

Según datos del Ejecutivo alemán, la filial alemana de Rosneft representa alrededor del 12 por ciento de la capacidad de procesamiento de petróleo de Alemania, lo que la convierte en "una de las empresas de procesamiento de petróleo más grandes de Alemania".

El control de Rosneft y sus tres refinerías en las ciudades de Vohburg y Karlsruhe contrarresta la "amenaza inminente" a la seguridad del suministro de energía y establece "una base esencial" para la preservación y el futuro de la ubicación de una de estas destilerías de petróleo.

La decisión va acompañada de un paquete que "traerá un impulso de transformación" a la región y apoyará a la refinería, para asegurar el suministro de petróleo a través de rutas alternativas de entrega, según esgrime la misiva del Ministerio de Economía alemán.

Hasta la fecha, estas refinerías han dependido del suministro de crudo ruso a través del oleoducto Druzhba, que transporta petróleo desde la Rusia central a Europa.