El ministro de Cultura italiano, Gennaro Sangiuliano, ha presentado finalmente su renuncia tras el escándalo que ha desatado su relación extramatrimonial con la influencer Maria Rosaria Boccia, a quien habría nombrado asesora de su departamento.
En una carta dirigida a la primera ministra, Giorgia Meloni, que esta semana rechazó su renuncia, Sangiuliano ha anunciado su "dimisión irrevocable" tras lo que califica como "días dolorosos y llenos de odio por parte de cierto sistema político mediático". Una misiva en la que reafirma su inocencia y asegura que "nunca un euro del Ministerio se gastó en actividades indebidas".
Afirmación que contradice lo que ha contado su propia amante en una entrevista en la que asegura que viajaron juntos "a expensas del Ministerio". La influencer italiana, que habría sido nombrada a dedo por el ya exministro como asesora del Ministerio de Cultura, confesaba así que se usó dinero público para pagar sus viajes.
Sus declaraciones han forzado y precipitado la salida del Sangiuliano, que esta misma semana, sollozando compungido, pedía perdón públicamente a su mujer en un programa de televisión en el que también se disculpaba con Meloni: "Me ha dado su confianza a pesar de la vergüenza que le he hecho pasar a ella y al Gobierno", se lamentaba.
El culebrón, sin embargo, ha sido demasiado y el exministro adúltero ya ha sido sustituido. El elegido para reemplazarle es Alessandro Giuli, que ha sido confirmado como nuevo ministro de Cultura en un comunicado emitido este viernes por la Presidencia italiana.
El presidente, Sergio Mattarella, ha aceptado la dimisión de Sangiuliano y recibido en la tarde de este viernes a Meloni, que ha propuesto como nuevo titular de la cartera de Cultura a Giulu, conocido en Italia por su carrera periodística y como personaje televisivo.