El miedo, un negocio bunkerizado
Las amenazas de Putin disparan la industria de los búnkeres privados en EEUU
El contexto El presidente de Rusia, Vladímir Putin, ha planteado un "duelo" entre el nuevo misil hipersónico ruso de fabricación masiva y los sistemas de defensa occidentales. Estas amenazas han provocado que la industria de los búnkeres privados se disparen.
Las amenazas de Putin elevando la retórica nuclear para responder a los ataques convencionales está disparando la industria de los búnkeres privados. Precisamente, en Estados Unidos, esa industria ya mueve más de 137 millones de euros. Los que pueden pagar un refugio subterráneo los están equipando para sobrevivir.
El año pasado, el mundo gastó más de 91.000 millones de euros en armas nucleares. Pero con potencias agitando el fantasma nuclear lo que está explotando es el negocio de los búnkeres, el último grito si no de la moda, sí del preparacionismo.
Un auténtico ¡boom!, especialmente en Estados Unidos, casi convertidos en símbolos de estatus y lujo. Como enseña Ron Hubbard, director general de 'Refugios Atlas Survival', venden "refugios para la élite mundial".
El precio medio de los búnkeres antibombas y antinucleares de esta fábrica es de 500.000 euros. No es para menos: el catálogo de la autoproclamada "mayor fábrica" de estos refugios, texana, cuyo dueño atiende rodeado de escudos y armas, va desde un ataudillo al módico precio de 20.000 euros a instalaciones millonarias.
No es cosa sólo de los yankees o rusos: hasta la muy antimilitar Suiza construye y recupera búnkeres de otros tiempos. Según dicen, la percepción de seguridad ha cambiado desde lo de Ucrania.
Y todo pese a que los expertos tienden a recordar que la única manera segura de sobrevivir a un holocausto nuclear es que no se produzca: la no-proliferación.
"La gente entra en modo 'mejor tenerlo y no necesitarlo que no tenerlo", explica Hubbard. Un negocio con el miedo y aquello de "si quieres paz, prepárate para la guerra".