La economía mundial tiembla ante la victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales de los Estados Unidos. El presidente electo ha dejado claro en su campaña que pretende establecer una política de aranceles elevados que podría suponer un serio problema para las empresas, especialmente las europeas.

El magnate planea implantar un arancel universal de un 20% a todas las importaciones, algo que ya sufrieron los sectores del vino y del aceite de oliva españoles durante su primer mandato, que vieron cómo perdieron alrededor de una quinta parte de sus ventas.

Pero esto no solo tendrá consecuencias para Europa, ya que los bolsillos de los propios estadounidenses verán cómo se dispara la inflación y afectará directamente a su poder adquisitivo.

Otro sector afectado será el del automóvil. Trump pretende implantar un arancel de un 100% a los coches europeos y de hasta un 200% a los chinos. De esta forma, el líder republicano pretende proteger a la industria automovilística norteamericana y llevar a cabo su promesa de que "no vendan ni un coche en EEUU".