Alrededor de la medianoche del 13 de octubre, dos individuos encapuchados lograron eludir las medidas de seguridad del Palacio de Windsor, una de las residencias más emblemáticas de la monarquía británica, y entrar en sus terrenos. Según reveló recientemente el diario británico 'The Sun', los asaltantes lograron burlar al personal de seguridad y accedieron a la finca sin ser detectados, un fallo que ha desatado críticas y preocupación sobre la seguridad del recinto.

Los ladrones, que huyeron en una camioneta y un quad, se llevaron maquinaria agrícola que se empleaba en el palacio, sin que nadie notara el incidente hasta mucho después. Afortunadamente, ni el rey Carlos III ni la reina consorte, Camila, estaban presentes en Windsor en el momento del robo, lo que evitó mayores riesgos. Sin embargo, los que sí se encontraban cerca del recinto eran los príncipes de Gales junto a sus tres hijos.

La noticia del asalto se mantuvo en secreto durante semanas hasta que finalmente salió a la luz. Un mes después del suceso, la policía británica sigue investigando el caso para identificar a los responsables y comprender cómo lograron evadir el sistema de vigilancia.