Un equipo de científicos chinos ha analizado cómo es capaz de penetrar en nuestras células el COVID-19, un estudio que permite conocer más detalles de cómo ha llegado el virus hasta el ser humano y que podría agilizar el hallazgo de una cura para el mismo.
Según la investigación, el virus se ha introducido en nuestro cuerpo por unas células que tenemos en el corazón, los intestinos, el riñón o los pulmones. Concretamente, a través de una proteína que se llama ACE 2, una especie de 'cerradura' que da paso al interior del cuerpo humano.
Una de las peculiaridades del COVID-19 en comparación con otros virus es que no tiene la capacidad para poder reproducirse. Por eso, su misión principal es llegar a las células. Tal y como explica el director del Centro de Enfermedades Transmisibles, Juan José Badiola, "estos virus necesitan infectar a otras células para poder multiplicarse".
Es precisamente la estructura del COVID-19 la que ha permitido su entrada en el cuerpo humano. Sus prolongaciones, similares a unas agujas, que se han convertido en una 'llave maestra' capaz de abrir esa 'cerradura': la atraviesa y ordena que multiplique sus partículas. De este modo, la célula se infecta y el virus se dirige entonces a otras células, repite la operación y logra así expandirse.
El proceso lo ha descubierto un equipo de científicos chinos y supone un gran avance para averiguar cómo frenar la infección, ya que "si se lograra un fármaco que impidiera ese paso, el virus no podría penetrar" el organismo, tal y como ha explicado Badiola.
"Nuestro descubrimiento no solo arroja luz para comprender la mecánica de la infección viral", dicen los autores del estudio citados por Science, sino que "también facilitará el desarrollo de técnicas de detección del virus y posibles terapias antivirales". Eso sí, se trata de medicamentos que solo se utilizarían con personas ya contagiadas, sin servir para prevenir el coronavirus.