La ciudad ucraniana de Chernígov, situada al norte del país, se ha convertido prácticamente en un nuevo Mariúpol al quedar devastada por los ataques de las tropas rusas. Los habitantes llevan medio mes sitiados por los rusos y sin acceso a servicios básicos, como el agua, el gas o la calefacción.
Como resultado de los bombardeos rusos, el 70% de la ciudad ha quedado destruida. Así lo ha confirmado su alcalde, Vladislav Atroshenko: "Es muy agotador para mí personalmente y para Chernígov. Porque la ciudad está destruida en un 70% (...) las consecuencias son graves, como lo fueron en Bucha y Járkov, y posiblemente en Mariúpol", ha asegurado Atroshenko.
Preocupa especialmente esta localidad por el gran número de iglesias y monasterios que acoge, y por lo que Ucrania ha solicitado que su centro sea reconocido con el estatus de Patrimonio de la Humanidad. Pero los destrozos ya han sido causados.
Como ha explicado el alcalde, ahora su prioridad es restaurar la calefacción y evaluar las pérdidas causadas durante estos 40 días de invasión que sufre ya Ucrania. Y aunque lo cierto es que poco a poco la calma ha ido llegando a la ciudad, Atroshenko ha admitido que esta situación le asusta tanto como los ataques aéreos.
Hace unas semanas, cuando se cumplían 29 días desde el estallido del conflicto, el alcalde recorría las calles de la ciudad y compartía en sus redes sociales el estado de los edificios e infraestructuras con un vídeoen el que los escombros copaban todas las calles desiertas, en las que solo se escuchaba el sonido de las llamas.
En esa misma ciudad, un misil ruso mató hace unos días a diez personas que esperaban en una de las denominadas 'colas del pan' para conseguir algo de comida. "Bajo la dirección procesal de la Fiscalía Regional de Chernígov, se inició una investigación previa al juicio por violaciones de las leyes y costumbres de la guerra, combinadas con asesinato premeditado", explicaba entonces la Fiscalía General de Chernígov en Telegram.