A finales de septiembre de 2014, estudiantes universitarios e integrantes de varios movimientos sociales de Hong Kong tomaron las calles de la ciudad para pedir una reforma electoral y demandar mayor democracia en esta antigua colonia británica, todo ello como consecuencia de una resolución emitida por el Gobierno, que limitaba quién podía presentarse como candidato a las elecciones.
Lo que comenzó como una protesta estudiantil acabó convirtiéndose en un movimiento de desobediencia civil que sacó a las calles a más de 150.000 ciudadanos quienes, durante varias semanas, se manifestaron y se concentraron contra el régimen, tal y como contó laSexta.
Las protestas fueron repelidas con dureza por la policía y dejaron cientos de heridos y detenidos. Muchos de los manifestantes usaron paraguas para protegerse de los gases lacrimógenos y del gas pimienta que la Policía les arrojaba, lo que hizo que la prensa las bautizase como la Revolución de los Paraguas. El día clave de las protestas se sitúa el 28 de septiembre, cuando la Policía de Hong Kong empleó gases pimienta por primera vez, una represión no antes vista en el territorio autónomo.
Tras dos semanas en las calles, los manifestantes exigieron que el Gobierno chino cesase al gobernador de Hong Kong y anunciase elecciones democráticas libres, pero Pekín optó por dejar pasar el tiempo, surgieron enfrentamientos entre detractores y seguidores del régimen, y en diciembre de 2014 los manifestantes fueron expulsados de las calles. Solo unos pocos aguantaron acampados en las inmediaciones de la sede del legislativo para continuar exigiendo un sufragio universal.
*Archivo: laSexta está rememorando aniversarios de acontecimientos históricos o episodios relevantes cubiertos por la cadena.