Israel ha realizado la mayor incursión terrestre del conflicto hasta la fecha, según Tel Aviv, desde el ataque de Hamás contra el territorio israelí del pasado 7 de octubre que dejó 1.400 muertos y más de 200 rehenes. Las fuerzas israelíes han entrado de madrugada en la Franja de Gaza, por tierra en el norte y por el mar en el sur.
Con decenas de tanques, demoledoras y más vehículos armados han arrasado cuarteles y armerías de Hamás, y han acabado con la vida de muchos de los milicianos. Unas actuaciones forman parte "de la preparación" y son solo un "ensayo" para la invasión del enclave, controlado por el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás).
El Ejército habla de "redada" y evita referirse a esta operación como una "incursión". "Fue más o menos un redada a nivel de brigada: infantería con algunos D9 en el parámetro", ha dicho uno de los portavoces de las Fuerzas de Defensa israelíes, Richard Hecht, en referencia a un tipo de excavadoras blindadas que utilizan.
La situación se tensa aún más a la espera de esa anunciada gran incursión terrestre en Gaza en represalia por el ataques del 7 de octubre.
Pero entretanto, Israel sigue bombardea la Franja a diario, con ya más de 7.000 palestinos muertos desde el inicio de la guerra. Hay barrios arrasados, al menos 200.000 viviendas han quedado reducidas a escombros, lo que supone le 25% de toda la zona habitada de Gaza.
Asegura el brazo armado de Hamás que unos 50 rehenes israelíes también han muerto en la Franja de Gaza víctimas de esos bombardeos israelíes .
Los israelíes se arman
También ocurre que los civiles israelíes se están armando y y los campos de tiro son un ir y venir de personas que quieren aprender a usarlas. El terror ha disparado hasta 150.000 las solicitudes para portar armas desde ese día, cuando el año pasado apenas hubo 42.
Las armerías trabajan a destajo, incluso abriendo en el día sagrado de los judíos, el shabbat "Estamos absolutamente inundados. Los teléfonos no paran de sonar. Es genial, la gente se está protegiendo", explica la trabajadora de una armería.
En los campos de tiro han tenido que triplicar los turnos para poder hacer frente a la avalancha de demandantes, porque para obtener la licencia en Israel es obligatorio realizar estas prácticas de tiro.
No obstante, el Ministerio de Seguridad Nacional ha dado manga ancha a las licencias e incluso se han visto repartos masivos de pistolas a civiles en las zonas de mayor riesgo.
Los defensores de mantener el control de armas que había hasta ahora en Israel, creen que esta disponibilidad excesiva de armas de fuego aumenta el riesgo de tiroteos accidentales, asesinatos y suicidios.