Islandia era uno de los países europeos con mayores tasas de consumo de alcohol y tabaco entre los jóvenes a finales de los años noventa, pero las cifras de consumo de sustancias adictivas en el país nórdico se han vuelto envidiables: apenas el 5% de adolescentes reconoce haber consumido alcohol en el último mes y sólo el 3% consume tabaco diariamente, según un informe de 2016.

La razón de que Islandia haya conseguido reducir hasta tal punto el consumo de sustancias adictivas se relaciona con el programa'Youth in Iceland', puesto en marcha en 1998 con el fin de combatir la adicción a las drogas en la juventud.

¿Cuáles son las claves del programa antidrogas islandés?

Investigación continua

Uno de los pilares del proyecto es la investigación continua de los hábitos de consumo y las preocupaciones de los adolescentes a través de encuestas en las que participan todas las escuelas del país, según explica a la cadena BBC Jón Sigfusson, responsable del programa.

Cada dos años se elaboran informes de la población joven con datos sobre el sexo de los adolescentes, sus pautas de consumo, las características de los hogares, el absentismo escolar y sus problemas emocionales, entre otras variables.

Con estos elementos se elaboran informes específicos para cada distrito y para cada escuela. "Este tipo de información es como las verduras: tiene que ser fresca para poder continuar y adaptar tus medidas" insiste Sígfusson.

Responsabilidad de las familias

Tras la recogida de datos, se analizan los informes a nivel local en un trabajo conjunto con los colegios, las comunidades y los municipios para identificar los principales factores de riesgo en relación al consumo de drogas.

Dichos estudios muestran, por ejemplo, que el papel de los padres en la educación de sus hijos es el principal factor para prevenir el consumo de drogas.

"Los responsables no son los niños, sino los adultos. Debemos crear un entorno donde se encuentren bien y tengan la opción de llenar su tiempo con actividades positivas", recomienda el responsable del programa.

Los informes concluyen que el aumento del tiempo pasado con los padres disminuye el riesgo de consumir alcohol y otras sustancias en los menores de edad.

Por ese motivo, se crearon por ley organizaciones de padres en cada colegio para fortalecer los vínculos entre la familia y los centros educativos.

Actividades extraescolares como medida de prevención

Pero la vigilancia y el apoyo de los padres no bastan. Los estudios también muestran que una mayor participación en actividades extraescolares por parte de los jóvenes disminuye drásticamente el riesgo de consumir sustancias adictivas.

El programa, que tiene en cuenta que el cerebro adolescente necesita experimentar sensaciones nuevas, ha permitido comprobar que el deporte colectivo y las actividades lúdicas generan las endorfinas necesarias para que los jóvenes se alejen de las drogas.