La Corte Internacional de Justicia (CIJ) ha considerado que Israel debe "revocar todas las leyes y medidas que crean o mantengan la situación ilegal" que suponen los asentamientos, las prácticas de "discriminación" del pueblo palestino y los intentos de "modificar la composición demográfica de cualquier parte del territorio" de Palestina.

Una práctica ilegal que Israel lleva realizando desde 1967. Y se lleva a cabo con una brutal violencia, tal como muestran las imágenes que acompañan estas líneas, y es que cualquiera de nosotros podría sentirse identificado con los palestinos que son despojados de sus casas.

Es una práctica habitual en la que un grupo de violentos israelíes entran en la vivienda y golpean sin piedad a sus residentes. Llaman a sus soldados que cuando llegan al sitio amenaza a las víctimas palestinas, deteniendo a unos e hiriendo a otros. Es el modus operandi de los colonos israelíes en Cisjordania porque llevan años haciéndolo con total impunidad y en total connivencia con sus militares, mientras muchos palestinos han muerto defendiendo su hogar.

Son grandes extensiones de tierra que poco después se convierten en complejos de lujo, eso sí, rodeados de verjas y con una férrea seguridad. Entre 2022 y 2023, se añadieron 24.300 viviendas en estos asentamientos israelíes, una cifra récord desde que se tiene registro y eso que todavía no había comenzado el conflicto.

La ONU en un informe lo considera crimen de guerra y según el derechos internacional estos asentamientos son ilegales. Algo que La Haya lo ha vuelto a poner encima de la mesa, una decisión no vinculante que caerá de nuevo en saco roto en una política que Israel lleva ejecutando desde 1967.

En una opinión consultiva emitida este viernes, el máximo tribunal de la ONU advirtió a Israel de que tiene la "obligación de proporcionar una reparación completa por los daños causados" por sus actos "ilegales", lo que incluye "devolver la tierra y otras propiedades inmuebles" incautados a los ciudadanos palestinos "desde que comenzó la ocupación en 1967".

El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, rechaza la resolución de la CIJ sobre la ocupación israelí de Cisjordania: "El pueblo judío no es conquistador en su propia tierra".