Prepárate para coches más caros

Así perjudican los aranceles de Trump al automóvil a Europa, a EEUU... e incluso a Elon Musk

¿Cómo me afecta?
El nuevo arancel encarecerá los vehículos de EEUU entre 4.000 y 10.000 dólares, golpeará a las marcas europeas y pondrá en jaque a la industria de componentes, afectando incluso a empresas españolas que dependen de fabricantes extranjeros.

Así perjudican los aranceles de Trump al automóvil a Europa, a EEUU... e incluso a Elon Musk
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Las bolsas de todo el mundo tiemblan y las grandes marcas automovilísticas encajan un duro golpe. El motivo: Donald Trump ha anunciado un arancel del 25% a todos los vehículos y piezas fabricados fuera de EEUU o que contengan componentes extranjeros. La medida, que entrará en vigor el 2 de abril, se convierte en un nuevo frente de batalla en su política proteccionista, con consecuencias que van mucho más allá de la industria.

El objetivo del presidente republicano es claro: forzar a los fabricantes a producir en suelo estadounidense y reducir la dependencia de las importaciones. Sin embargo, la realidad apunta en otra dirección. En lugar de abaratar los precios, llos vehículos de EEUU podrían encarecerse entre 4.000 y 10.000 dólares. Y el impacto no solo afectará a las marcas extranjeras: hasta Tesla, la joya de la corona de la industria americana, ha reconocido que la medida le perjudica.

Un golpe a una industria globalizada

El mercado automovilístico actual funciona con cadenas de suministro altamente interconectadas, desde un mismo coche puede ensamblarse en un país con piezas procedentes de múltiples regiones. Más de la mitad de los automóviles vendidos en EEUU son importados, y de los que se fabrican dentro del país, un 60% contienen piezas extranjeras.

Modificar esta estructura tiene un coste enorme, como explica Gonzalo Bernardos, profesor de economía: "Cambiar la cadena de suministros tiene unos costes brutales".

El propio Elon Musk ha admitido que Tesla no saldrá indemne de esta guerra comercial, ya que depende de componentes fabricados en otros países. Si el impacto alcanza a una empresa que, en teoría, cumple con el 'Made in USA', el resto del sector no tiene escapatoria.

Europa responde: Bruselas advierte de represalias

La decisión de Trump ha encendido las alarmas en Europa, donde gigantes como Volkswagen, BMW y Stellantis ven peligrar uno de sus mercados clave. La Comisión Europea ya ha dejado claro que no se quedará en brazos cruzados.

Teresa Ribera, vicepresidenta de la Comisión Europea, ha lanzado un mensaje contundente: "Tenga claro que responderemos en consecuencia".

España, aunque con menor exposición directa, también se verá afectad. Carlos Cuerpo, ministro de Economía, ha intentado rebajar la preocupación al señalar que solo entre el 1% y el 2% de nuestras exportaciones dependen de EEUU. Sin embargo, el problema no es solo la exportación directa de vehículos, sino el golpe a la industria de componentes.

El riesgo para la industria española

Empresas españolas especializadas en la fabricación de piezas para automóviles dependen de los fabricantes europeos, que sí sufrirán un impacto directo. Si sus ventas en EEUU caen, también lo harán los pedidos a sus proveedores.

Rafael Etxebarrena, director comercial de Batz S. Coop, advierte de las consecuencias: "Por muy bien que nos vayan las ventas en Europa, si los coches de nuestros clientes pierden competitividad en EEUU, sus ventas caerán y, con ellas, las nuestras".

Las guerras comerciales no suelen tener ganadores claros, y esta no parece ser la excepción. Los fabricantes europeos temen perder mercado, los productores estadounidenses enfrentan costes más altos y los consumidores verán cómo los precios suben en lugar de bajar, como prometió Trump. El problema es si el republicano se dará cuenta… cuando ya sea demasiado tarde.