Así quisieron venderla

Asma Al Assad, una "rosa en el desierto" para blanquear el sangriento régimen sirio

¿Quién es? La esposa del depuesto dictador sirio no fue elegida por casualidad: criada en Reino Unido, el régimen quiso vender una imagen muy concreta para blanquearse en el exterior.

Asma Al Assad, una "rosa en el desierto" para blanquear el sangriento régimen sirio

La revista 'Vogue' la bautizó en su día como una "rosa en el desierto", pero Asma Al Assad era -o al menos pretendían que fuera- el arma no tan secreta, pero sí muy prefabricada, de la ahora depuesta dictadura siria para blanquearse. Su elección como esposa de Bashar Al Assad fue una operación calculada al milímetro para vender al entonces recién estrenado presidente como un mandatario moderno y abierto al mundo. Pero esta "rosa" escondía espinas.

El suyo fue un matrimonio muy de conveniencia: el régimen sirio la eligió por ser una joven glamurosa y muy occidentalizada, criada en Reino Unido. Amante del lujo y la moda, con ella quisieron remedar a la 'princesa del pueblo' por antonomasia, Diana de Gales, hasta el punto de emular hasta en imagen a Lady Di.

El régimen intentó colocar a la primera dama siria en todas partes con opulentas campañas internacionales de imagen y la vimos desfilar junto a miembros de la realeza. Intentando envolver en papel 'couché' una dictadura podrida, esa campaña culminó con un gran publirreportaje en la prestigiosa revista 'Vogue', previo pago y con censura previa por parte del régimen.

Fue ahí donde la recién bautizada "rosa del desierto" empezó a marchitarse: la imagen que trataba de proyectar el régimen sirio de Asma Al Assad se daba de bruces con la entonces floreciente Primavera Árabe. Las protestas en Siria fueron tales que el reportaje acabó retirado y sus rastros, concienzudamente borrados, mientras su marido perpetraba masacres contra su propia población civil.

Aunque ella intentaba presentar una imagen sencilla e incluso feminista, hablando de brecha de género y libertades para las mujeres, a renglón seguido también solía defender a su marido. "Es el presidente del país, no de una facción de sirios, y la primera dama le apoya en este papel", dijo en su momento a 'The Times'.

Ya en 2011, Naomí Ramírez, experta en el sistema político sirio, vaticinaba que la primera dama saldría probablemente del país "para salvar su pellejo antes que el de los demás". Y así ha sido: desde hace semanas, Asma Al Assad está Rusia, donde siempre le ha gustado prodigarse. Hasta sus padres, residentes británicos, se han quitado de en medio y han abandonado su residencia de Londres, según medios locales. Una "rosa" y su rosal, ahora mustios y desarraigados tras la caída del sangriento régimen sirio.