Más de 17 horas de angustia para los huéspedes del hotel en Kabul: las habitaciones ardían, los disparos de los atacantes y las fuerzas de seguridad se mezclaban con el sonido de la llamada a la oración musulmana.
Ante tal situación, muchos huéspedes se escondían en sus habitaciones. Otros, trataban de huir por las ventanas: "Cogí una sábana y la até al balcón. Traté de bajar pero mis brazos no podían aguantar mi peso. Me caí y me hice daño en el hombro y en la pierna".
Así ha sido el asalto a este hotel de lujo. El edificio es frecuentado por afganos adinerados y extranjeros. Varios han muerto, pero más de 120 han sido rescatados, 41 de ellos procedentes de otros países: "Los atacantes llamaban a la puerta de cada habitación. Mataron a civiles y a oficiales, pero sobre todo iban a por los extranjeros".
Los cinco insurgentes iban armados con granadas, chalecos explosivos y armas cortas. Todos han fallecido. Los talibanes han reclamado la autoría del ataque. También fueron los autores de otro asalto al mismo hotel en 2011. El pasado jueves, la Embajada de Estados Unidos en Kabul alertó en un comunicado de posibles ataques de grupos extremistas en hoteles de la ciudad.