Cae el Gobierno francés

Barnier dimite tras la moción y deja a Macron la gestión de la crisis política en Francia

¿Qué implica? El presidente de la República afronta una situación compleja: tendrá que buscar un primer ministro que sustituya al conservador mientras la oposición pide su dimisión.

El primer ministro francés, Michel Barnier, en su moción de censura

El primer ministro francés, Michel Barnier, ha acudido este jueves al Palacio del Elíseo para presentar su dimisión al presidente de la República, Emmanuel Macron, tras solo tres meses en el cargo. Una decisión que está obligado a tomar tras la moción de censura de este miércoles,que fue aprobada por la amplía mayoría de la Asamblea Nacional francesa.

La dimisión de un primer ministro tras la moción de censura es inmediata porque así lo recoge el artículo 50 de la Constitución francesa. Barnier ha durado tres meses después de su nombramiento como jefe del Gobierno francés el pasado septiembre y ha caído este miércoles víctima de una moción de censura apoyada por la izquierda y la extrema derecha, lo que devuelve al presidente de la República la responsabilidad de buscar una salida al bloqueo político en el que se encuentra Francia. Sin embargo, la oposición, sobre todo la izquierda, pide directamente la dimisión de Macron.

La moción de censura obtuvo 331 votos a favor, muy por encima de los 288 que necesitaba para provocar la dimisión del Ejecutivo. Macron se dirigirá este jueves en un discurso a la nación en el que se espera que esboce sus aviones. Barnier, exnegociador de la UE para el Brexit elegido en septiembre pasado por su talento para el pacto, fue incapaz de construir uno sobre los presupuestos para el año próximo, lo que le convierte en el jefe del Gobierno francés más efímero desde la Segunda Guerra Mundial.

La izquierda, mayoritaria en la cámara con 193 escaños, que nunca fue un interlocutor para el Gobierno, presentó una moción de censura que recibió el apoyo de la extrema derecha, que cuenta con casi 140 diputados y que fue el más votado en las pasadas legislativas con 11 millones de votos.

Barnier fue criticado por socialistas, comunistas y ecologistas y defendido por su familia de la derecha tradicional, centristas y el macronista Gabriel Attal, su antecesor en el cargo. La pelota está en el tejado de Macron, quien tendrá que buscar un candidato de consenso, algo complejo, mientras Barnier y su gabinete de ministros pasan a ser interinos, formando un gobierno provisional.

El presidente vuelve a afrontar una situación compleja, como en julio pasado cuando, tras adelantar las elecciones, descubrió una Asamblea dividida en tres bloques irreconciliables que complican la gobernabilidad del país y sin posibilidad de celebrar nuevas elecciones en un año por mandato constitucional.

Macron, muy señalado

Macron pronunciará este jueves por la noche un discurso tras la caída del Gobierno de Barnier. El presidente, que ha regresado este miércoles a Francia tras una visita oficial a Arabia Saudí, hablará a las 20.00 horas, según ha avanzado el Elíseo, que no ha adelantado los detalles de su alocución.

El mandatario debe nombrar ahora un nuevo primer ministro que sustituya a Barnier. El presidente ha descartado en estos últimos meses que su continuidad pueda estar en riesgo, aunque desde la oposición han aprovechado la caída del Gobierno para señalar al inquilino del Elíseo, al que consideran responsable último de la crisis.

"Aunque haya un Barnier cada tres meses, Macron no durará tres años", ha afirmado el excandidato presidencial Jean-Luc Mélenchon, de La Francia Insumisa (LFI), en redes sociales. El líder de Agrupación Nacional, Jordan Bardella, ha dicho que "todavía" no piden la dimisión de Macron, pese a que su compañera Marine Le Pen sí ha declarado en TF1 que el presidente "es el gran responsable de la situación actual".