Sí, pero no. Es lo que ha venido a decir la BBC sobre el caso Lineker. La cadena pública británica ha restituido al presentador, el mejor pagado en la institución, después de llegar a un acuerdo con él. Aun así, el paso atrás no es completo porque el director general de la BBC, Tim Davie, insiste: "Como todo el mundo ha estado hablando sobre este asunto, no ha habido respuestas fáciles, ha sido difícil conseguir el equilibrio adecuado. Pero pedirle a Gary Lineker que se hiciera a un lado... creo que fue apropiado en ese momento. Ahora toca reiniciar".
Es decir, fue correcta la "tarjeta roja" que le sacaron el viernes pasado por sus comentarios en la red social Twitter sobre la nueva política migratoria que prepara el gobierno de Rishi Sunak. Lineker las comparó con las políticas de la Alemania de 1930. Eso, entendieron desde la BBC, incumplía las 'reglas de imparcialidad' que se aplican a sus empleados.
Sin embargo, el revuelo causado tampoco ha sido en vano: la cadena pedirá a un experto independiente que revise y elabore una nueva guía de uso de redes sociales. "Entre ahora y cuando se realice el informe de la revisión, Gary (Lineker) cumplirá con las pautas editoriales", ha señalado Davie.
El futbolista, que este fin de semana fue visto en el estadio del Leicester y que había evitado pronunciarse, ha querido hoy zanjar el asunto en la misma red social donde estalló la polémica. En un hilo en Twitter asegura estar orgulloso de sus casi treinta años de trabajo en la BBC, al tiempo que ha querido puntualizar que "por muy difíciles que hayan sido mis últimos días, no se compara a tener que huir de tu casa o de la guerra para buscar refugio".
También ha agradecido la solidaridad de sus compañeros, periodistas y comentaristas, que este fin de semana se han negado a cubrir el hueco dejado por Lineker. De hecho, la BBC Sport ha tenido que cambiar su parrilla este fin de semana debido a las bajas: han cancelado tres emisiones y el 'Match of the Day', el programa que presenta Lineker, ha acortado su duración a apenas 20 minutos.
Además, los jugadores de fútbol de la Premier League, en protesta por la situación, también se han negado a aceptar preguntas de la BBC en las ruedas de prensa.
Mientras, el gobierno 'tory' de Rishi Sunak prefiere no pronunciarse sobre esta polémica, dicen que corresponde a la cadena pública resolverla, al tiempo que ellos siguen adelante con su reforma migratoria. Esa que tiene como lema 'parar los barcos', en referencia a las barcazas que intentan llegar a la isla cruzando el Canal de la Mancha. Sunak plantea prohibirles la opción de pedir asilo y negarles cualquier futura posibilidad de tratar de emigrar a Reino Unido de forma legal.
Una norma cuestionada por multitud de organismos internacionales: "Contravendría las obligaciones del Reino Unido en virtud del derecho internacional y de los refugiados", afirmó el alto comisionado de la ONU para los derechos humanos, Volker Türk.
Contra el plan se han movilizado también rostros de la gran pantalla. En un vídeo promovido por la ONG Refugee Council actores y actrices como Emma Thompson, Meryl Streep o Arnold Schwarzenegger denuncian la criminalización que se hace de personas refugiadas. Aseguran que quien huye de una guerra o de un gobierno autoritario, no tiene otra opción.