El presidente de EEUU, Joe Biden, acaba de sumergirse de lleno en la campaña para las elecciones de noviembre. Lo hizo en un escenario que conoce bien, el Congreso, mostrándose cómodo y, en ocasiones, incluso desatado, al responder en directo a los republicanos que le interrumpían a voces. Fue el gran discurso que necesitaba para disipar las dudas sobre su edad, 81 años, que han surgido entre los votantes, incluso entre aquellos cercanos al Partido Demócrata, acerca de su capacidad para gobernar durante otros cuatro años.
El discurso resultó ser un éxito tanto en el contenido, presumiendo de cómo su política había beneficiado a la clase media, como en la forma, con el mandatario mostrando una mayor energía de lo habitual y respondiendo en directo a los republicanos que lo abucheaban e insultaban, llamándolo "mentiroso". Durante toda la comparecencia, Biden contrastó la "honradez y la decencia" que él dice representar frente a la "ira, el odio y la venganza" de Trump, a quien no llegó a mencionar por su nombre y al que se refirió en una quincena de veces como "predecesor" o "expresidente".
Israel debe "proteger a los civiles inocentes"
En su discurso, Biden reconoció la muerte de más de 30.000 palestinos en los bombardeos del Ejército israelí contra la Franja de Gaza, razón por la que pidió a Israel "proteger a los civiles inocentes" en sus operaciones contra el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás). "Israel tiene una carga añadida porque Hamás se esconde y opera entre la población civil. Pero Israel también tiene la responsabilidad fundamental de proteger a los civiles inocentes de Gaza. Esta guerra se ha cobrado más víctimas civiles inocentes que todas las guerras anteriores en Gaza juntas. Han muerto más de 30.000 palestinos. La mayoría de ellos no son de Hamás. Miles y miles son mujeres y niños inocentes. Niñas y niños también huérfanos", expresó durante su intervención ante el Congreso.
Asimismo, instó a Israel a permitir la entrada de más ayuda humanitaria y a controlar que los trabajadores humanitarios no se encuentren en situaciones de fuego cruzado. "Casi dos millones más de palestinos bombardeados o desplazados. Casas destruidas, barrios en escombros, ciudades en ruinas. Familias sin comida, sin agua, sin medicinas. Es desgarrador", añadió. Sin embargo, volvió a asegurar que Israel tiene el derecho de perseguir y acabar con la milicia palestina por los ataques del 7 de octubre", en la que murieron 1.200 personas y fueron hechos rehenes otras 240, en lo que ha descrito como el "día más mortífero para los judíos desde el Holocausto".
Así, habló de "cinco meses desgarradores" para israelíes, palestinos e incluso estadounidenses, entre las que hay familias que aún esperan la liberación de sus familiares retenidos por Hamás, asegurando que su Administración no descansará hasta lograr su vuelta a casa. Biden destacó los esfuerzos de su Gobierno para lograr un alto el fuego de al menos seis semanas, que coincidiría con la celebración de la festividad del Ramadán, y que además permita la liberación de los rehenes. Además, aseguró que Hamás "podría acabar con este conflicto hoy mismo liberando a los rehenes, entregando las armas y entregando a los responsables del 7 de octubre".
Ucrania y "plantar cara a Putin"
Durante su intervención, Biden también volvió a pedir la aprobación de nuevos fondos de financiación para Ucrania, comparando la situación actual en Europa con la Segunda Guerra Mundial y asegurando que "la historia está observando" las decisiones de Washington ante la "siembra de caos" del presidente ruso, Vladimir Putin. "Más allá del mar, Putin de Rusia está en marcha, invadiendo Ucrania y sembrando el caos en toda Europa y más allá. Si alguien en esta sala piensa que Putin se detendrá en Ucrania, les aseguro que no lo hará. Pero Ucrania puede detener a Putin si la apoyamos y le proporcionamos las armas que necesita para defenderse", declaró ante los congresistas.
En ese sentido, pidió "plantar cara a Putin" y aprobar el nuevo paquete de fondos de financiación militar para Ucrania, bloqueado en la Cámara de Representantes por una disputa presupuestaria entre demócratas y republicanos. "Se lo digo al Congreso, tenemos que plantar cara a Putin. (...) La historia está literalmente mirando. La historia está mirando. Si Estados Unidos se aleja, pondrá a Ucrania en riesgo. Europa estará en riesgo. El mundo libre estará en riesgo. (...) Mi mensaje al presidente Putin, a quien conozco desde hace mucho tiempo, es sencillo. No nos alejaremos. No nos doblegaremos", expresó el mandatario.
Sin embargo, aclaró que no está pidiendo militares estadounidenses para Ucrania, y prometió que "no hay soldados americanos" ni los habrá. "La libertad y la democracia estaban siendo asaltadas en el mundo. Esta noche, vengo a esta misma cámara para dirigirme a la nación. Ahora, somos nosotros los que nos enfrentamos a un momento sin precedentes en la historia. Y sí, mi propósito esta noche es despertar al Congreso. Y alertar al pueblo americano de que éste tampoco es un momento ordinario. Desde el presidente (Abraham) Lincoln y la Guerra Civil, la libertad y la democracia no han estado bajo asalto en casa como lo están hoy", manifestó.
No "enterrar la verdad" del asalto al Capitolio
El presidente de EEUU también arremetió este jueves contra los republicanos por el asalto al Capitolio, que tuvo lugar el 6 de enero de 2021, cuando una turba de seguidores de Donald Trump irrumpiera en el edificio para detener la sesión que confirmaba el triunfo del demócrata en las presidenciales de 2020. "No se puede amar al país solo cuando se gana", declaró el mandatario, que aprovechó la ocasión para dirigirse a los políticos estadounidenses y pedirles que se unan y defiendan la democracia, recordando su "juramento de defenderse contra todas las amenazas extranjeras y nacionales".
En este sentido, pidió que aboguen por el respeto a una elecciones libres y justas, recuperando la confianza en las instituciones. "Dejad claro que la violencia política no tiene cabida en Estados Unidos", ha declarado desde el palco de la Cámara de Representantes, en el edificio del Capitolio. "Mi predecesor y algunos de ustedes intentan enterrar la verdad del 6 de enero. (...) Muchos de ustedes estaban aquí en ese día tan oscuro", lamentó el mandatario, después de sostener que "los insurrectos que asaltaron el Capitolio pusieron una daga en la garganta de la democracia estadounidense".
Biden afirmó que la población estadounidense "vio con sus propios ojos que estos insurrectos no eran patriotas", que simplemente habían acudido para detener la transferencia pacífica del poder y anular la voluntad del pueblo en las urnas. Así, argumentó que este hecho, junto a las "mentiras sobre las elecciones" de 2020 y los "complots para robar" los comicios "supusieron "la amenaza más grave" para la democracia estadounidense desde la Guerra Civil. "Pero fracasaron. Estados unidos se mantuvo fuerte y la democracia prevaleció. Pero debemos ser honestos, la amenaza persiste y al democracia debe ser defendida", concluyó.
Críticas a Trump... sin mencionarlo
El expresidente Donald Trump fue otro de los blancos de Biden en su discurso sobre el estado de la Unión. Sin ser mencionado por su nombre, el magnate acaparó críticas y advertencias. Ante las dos cámaras del Congreso, con la bancada demócrata respaldándole con aplausos y ovaciones constantes y la conservadora lanzándole reproches y abucheos, el mandatario habló durante poco más de una hora para defender su gestión y, con ello, criticar el peligro que en su opinión podría suponer su adversario. "A diferencia de mi antecesor, sé quiénes somos como estadounidenses. Somos la única nación del mundo con un corazón y un alma que emana de lo viejo y de lo nuevo", dijo haciendo un alegato a la unión sin demonizar la inmigración.
Biden y su predecesor, Donald Trump, son los dos previsibles candidatos a las elecciones presidenciales de noviembre en Estados Unidos tras arrasar en las primaras del 'supermartes', por lo que se repetirá el enfrentamiento electoral entre ambos vivido en los comicios de 2020, en un país polarizado tras el sorprendente triunfo del magnate estadounidense en 2016. Desde entonces, ambas candidaturas han estado marcadas por la avanzada edad de ambos y, sobre todo, por los numerosos procesos judiciales a hombros de Trump. En los últimos meses, la gestión de Biden del conflicto en la Franja de Gaza le ha supuesto numerosas críticas internas.