Boris Johnson ha hecho, finalmente, caso a los expertos en su reaparición al frente de las ruedas de prensa diarias sobre el coronavirus y no ha anunciado, como era su intención, el adelanto de la desescalada.
Otro de sus anuncios ha sido afirmar que Reino Unido por fin ha pasado lo peor. "Puedo confirmar hoy que por primera vez hemos pasado el pico en esta enfermedad y podemos ver la luz del sol", aseguraba.
Aunque los expertos que le asesoran no han tardado en matizar ese entusiasmo recordando que no están "ni mucho menos cerca del final de la pandemia".
Por otra parte, Johnson promete ayudas para minimizar el impacto en la economía y, al igual que Trump, es sumamente optimista con la recuperación. "Según mis instintos, la economía rebotará con mucha fuerza", explicaba.
Y como Trump, tampoco hace autocrítica asegurando que "si tenemos en cuenta la curva, decretamos el confinamiento relativamente antes que Francia, Italia y España". Todo pese a que él fiaba todo a la inmunidad del rebaño y apelaba a dolorosos sacrificios familiares.
En su comparecencia, explicó que se han registrado 674 nuevas muertes en un día, hasta un total de 26.711 fallecidos. Además, el sistema público de salud británico llevó a cabo ayer 81.611 pruebas de COVID-19, frente a las 52.429 del día anterior, una cifra que se acerca a los 100.000 test diarios que se había comprometido el Gobierno a realizar antes de que terminara el mes.