Todos los ojos están puestos en él: el primer ministro de Reino Unido, Boris Johnson. Ya ha dimitido de su cargo. Pero no lo dejará de forma inminente. Jonhson podría seguir en el cargo hasta otoño, tiempo suficiente para dar lugar a nuevas polémicas. Porque si hay algo en lo que no ha escatimado es en eso, en verse envuelto en situaciones críticas.

Sin ir más lejos, la que protagoniza este jueves, día en el que ha estallado la presión sobre su figura con ladimisión de hasta 57 cargos de su ejecutivo en las últimas horas. Seis corresponden a miembros del Consejo de Ministros, 22 secretarios de Estado, 22 secretarios parlamentarios, cuatro enviados de comercio y tres vicepresidentes del Partido Conservador. A solo 16 días de alcanzar los tres años como primer ministro, la de Johnson sería una de las estancias más cortas en Downing Street desde 1900.

1. La mentira tras las acusaciones de acoso de Pincher

El detonante: una de sus polémicas mentiras. La que intentó justificar la elección de Chris Pincher, nombrado como vicecoordinador del grupo parlamentario del Partido Conservador a pesar de las acusaciones de acoso que pesaban sobre él. Downing Street defendió que Johnson desconocía estas quejas. Mentira. El primer ministro admitió al final que sí sabía de las acusaciones y pidió perdón.

BORIS

Ya era tarde. Los ministros de Finanzas y Sanidad, Rishi Sunak y Sajid Javid, dimitieron a las horas y desencadenaron una oleada de dimisiones. El mensaje de los altos cargos salientes giraba en torno a la pérdida de confianza sobre Johnson.

2. 'Partygate'

Sin embargo, esa confianza ya colgaba de un hilo por las polémicas fiestas en las que el primer ministro participó en pleno confinamiento. El caso conocido como el 'Partygate' dibujó una doble vara de medir en los momentos más duros.

El primer ministro de Reino Unido, Boris Johnson.

El primer ministro negó inicialmente haber incurrido en irregularidades, pero su versión se fue modulando a golpe de hechos contrastados. Y de fotografías, las de Jonson en esas fiestas con copa en mano. Un informe oficial cuestionó la actuación del Gobierno y Scotland Yard terminó imponiendo decenas de multas a los asistentes a las polémicas fiestas, entre ellas el propio Johnson.

3. Gestión de la pandemia

La gestión de la pandemia del Ejecutivo británico también despertó ciertas polémicas. Inicialmente, el primer ministro sugirió una estrategia que prácticamente implicaba asumir la convivencia con el virus, pero su ingreso en la unidad de cuidados intensivos supuso un punto de inflexión.

Del hospital salió un nuevo Johnson, partidario de medidas de confinamiento equiparables a las de otros países de su entorno, pero su estrategia ha terminado empañada por el escaso compromiso de los miembros del Gobierno con las políticas que reclamaba para el conjunto de la ciudadanía. Cabe recordar la polémica por la falta de equipo protector (EPI) en los hospitales británicos.

Imagen de archivo de Boris Johnson

4. La polémica reforma de su piso

Si hay algo que fue bien en Reino Unido en pandemia fue su campaña de vacunación. Sin embargo, la popularidad de este logro se ensombreció por la polémica reforma del piso oficial del primer ministro británico por no aclarar cómo la pagó.

Las dudas sobre la reforma del apartamento oficial saltaron a finales de abril, cuando el antiguo superasesor de Johnson e ideólogo del Brexit, Dominic Cummings, acusó al primer ministro en un incendiario mensaje de haber buscado en 2020 que "donantes pagasen en secreto" los trabajos y aseguró haberle advertido entonces de que ello sería "probablemente ilegal". Los primeros ministros reciben por ley hasta 30.000 libras (34.500 euros) para dejar a su gusto la residencia oficial de Downing Street. Sin embargo, los medios especulan que la reforma emprendida por Johnson y su pareja, Carrie Symonds, se elevó muy por encima de esa cantidad. Según el tabloide "Daily Mail", el matrimonio pagó unas 58.000 libras adicionales (66.000 euros).

Finalmente, la comisión electoral británica multó a los conservadores con 17.800 libras por no informar correctamente de una donación que habían recibido para pagarla, recoge RTVE.

5. Defender lo indefendible: el caso de Paterson

Unos meses antes, en octubre de 2021, la comisión de estándares parlamentarios halló culpable al diputado conservador Owen Paterson de haber quebrado el código de conducta al haber empleado su posición para beneficiar a dos empresas para las que trabajaba como asesor. Recomendó su suspensión.

Pese a ello, el Ejecutivo trató de reformar el actual sistema regulatorio para bloquear su suspensión. Intento fallido. Finalmente tuvo que echarse atrás ante el rechazo dentro de sus propias filas parlamentarias y de los partidos de oposición. El 4 de noviembre de 2021, el conservador Owen Paterson anunció su dimisión como diputado, pero las dudas sobre la honorabilidad del Ejecutivo ya estaban sembradas.

6. Las críticas de su exasesor

Al primer ministro británico, Boris Johnson, le llovieron las críticas sobre la gestión de la pandemia. Y lo hicieron desde dentro de su equipo y en directo. Dominic Cummings, exasesor, aseguró en una entrevista a la BBC que Johnson priorizada sus intereses políticos a la vida de las personas. Según Cummings, el dirigente conservador se mostró reacio a intensificar las restricciones para contener la propagación del virus y decretar el segundo confinamiento bajo el argumento de que aquellos que fallecían eran "esencialmente los mayores de 80 años".

Su exasesor aseguró que en un mensaje de móvil, Johnson llegó a admitir que "no se tragaba todo esto de la saturación del NHS -sistema sanitario público-" y que al primer ministro lo que le preocupaba era no destruir la economía nacional.

7. Escándalos sexuales de 'tories'

El de Pincher, no ha sido un caso aislado. El Ejecutivo británico ha protagonizado la dimisión de dos legisladores por escándalos sexuales. El legislador conservador Imran Ahmad Khan dejó su puesto tras ser declarado culpable de haber abusado sexualmente de un chico de 15 años, según recoge RTVE. Por otro lado, Neil Parish, otro legislador conservador, dimitió tras admitir que vio pornografía en su teléfono en la Cámara de los Comunes en dos ocasiones.

8. Los disparates sobre la Unión Europea

Las mentiras de Johnson van más allá de negar la celebración de fiestas ilegales, también han tocado cuestiones europeas. Un ejemplo, la afirmación de que los 10 millones de libras que enviaba su país se destinaban a subvencionar las corridas de toros en España. Unas declaraciones que comentó Carlos Segovia, subdirector del diario 'El Mundo', que fue su compañero como corresponsal en Bruselas cuando era periodista.

El ya ministro de Exteriores británico Boris Johnson

9. La bronca pública con su mujer

A las puertas de ocupar su cargo como primer ministro, Boris Johnson acaparó los titulares sobre una polémica discusión que habría tenido con su mujer, según publicóElEspañol y recogió laSexta en este vídeo.

El citado medio explica que la policía acudió al domicilio de la pareja tras las denuncias telefónicas de los vecinos que alertaban de una conversación subida de tono.

El ministro de Exteriores del Reino Unido, Boris Johnson