"Hago llamada a todos los países europeos que tienen carros de combate modernos y eficaces que acumulan polvo en los cuarteles que los den a Ucrania", ha indicado el alto representante de la Unión Europea para asuntos exteriores, Josep Borrell, en una intervención ante el Parlamento Europeo de Estrasburgo.
Josep Borrell ha insistido en queel conflictose encuentra en un punto decisivo, por lo que es importante dar toda la ayuda que se pueda a Ucrania.
"La guerra se va a decidir en esta primavera y verano", ha alertado, para pedir rapidez en el aprovisionamiento de armamento tras lamentar que los aliados militares de Kiev han empleado "mucho tiempo" discutiendo la cuestión delos Leopard mientras el Ejército ruso preparaba una ofensivaen la región del Donbás.
En este sentido, el Alto Representante ha alejado el escenario de una escalada del conflicto por el envío de tanques occidentales y ha pedido reforzar estos suministros. "Hemos estado anunciado que daremos carros de combate y no ha habido ninguna Tercera Guerra Mundial", ha expuesto.
Para Borrell, la situación militar en el terreno es "preocupante" para Ucrania, pues Rusia cuenta ahora con 360.000 soldados en territorio ucraniano, más que en anteriores fases de la guerra. El Ejército ucraniano se encuentran ahora en situaciones de desventaja en número de tropas, ha avisado, para subrayar que el envío de armas y municiones por parte de Europa resulta aún más importante.
Según el jefe de la diplomacia europea, al presidente ucraniano, Volodímir Zelenski "le sobran aplausos y le faltan municiones. Va largo de aplausos y de 'Slava Ucrania' ('Gloria a Ucrania'), pero sus soldados no tienen municiones para continuar batallando. Porque los aplausos son gratis y un Leopard cuesta 10 millones de euros"
"Para ganar la paz primero hay que ganar la guerra y se puede ayudar militarmente a Ucrania y al mismo tiempo hacer todos los esfuerzos políticos necesarios para que la paz llegue cuanto antes. No son dos cosas alternativas ni contradictorias", ha indicado.
También ha pedido combatir la narrativa rusa de la guerra ya que "hay todavía en África un sentimiento anticolonial y en América Latina un sentimiento antiimperialista que hace que muchos de sus líderes y de sus habitantes miren a esta guerra con unos ojos distintos de los nuestros".
Borrell destaca que las sanciones contra Rusia "son un veneno de acción lenta"
Por otro lado, Josep Borrell ha indicado que las sanciones contra Rusia son "un veneno de acción lenta" hecho "a base de arsénico" con efectos "irreversibles" para Moscú.
"Las sanciones son un veneno de acción lenta como el que está hecho en base a arsénico. Tardan en producir sus efectos, pero lo hacen y lo hacen de una forma irreversible", ha afirmado Borrell en su discurso en el Parlamento Europeo sobre el primer aniversario de la invasión de Ucrania, que se cumplirá el próximo 24 de febrero.
El jefe de la diplomacia europea ha reconocido que "la economía rusa no se ha colapsado y que la tasa de crecimiento de su PIB no es la que se había previsto" al aprobar los nueve paquetes de sanciones que la UE ha aplicado hasta ahora.
Asimismo, ha admitido que el Kremlin tuvo el año pasado "unos ingresos excepcionalmente altos", derivados de la venta de gas y de petróleo, pero ha explicado que "las cosas están cambiando, gracias a nuestras sanciones y en particular" al tope al precio del petróleo ruso que la UE ha pactado junto al G7.
En este sentido, Borrell ha dicho que el ministro de Hacienda ruso ha reconocido que los ingresos por hidrocarburos en enero de este año han sido un 46 % más bajos que en el mismo mes del año anterior, en parte, ha reducido su dependencia de los combustibles fósiles rusos.
El exministro español ha asegurado que el déficit público ruso "está explotando" porque "es catorce veces más alto en enero de 2023 que en enero de 2022" y ha señalado también que la balanza comercial de Rusia "está en su mínimo histórico de la media desde el año 2007".
"Sí, el rublo es fuerte artificialmente, pero la economía rusa va a pagar un precio altísimo por esta guerra", ya que Moscú ha perdido a la UE como su principal socio energético "y no lo volverá a tener", ni "va a ser fácil, casi imposible" encontrar un cliente alternativo para su gas "porque China está demasiado lejos" y Pekín y la India compran el petróleo ruso rebajado, debido al tope que Occidente ha puesto a su precio.